Por temor a quedar varados en la frontera sur de México ante el inicio del gobierno de Donald Trump en enero, alrededor de 3 mil migrantes centroamericanos y sudamericanos abarrotaron las instalaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Tapachula, Chiapas, para solicitar asilo.
Mientras tanto, otros buscan la manera de llegar a uno de los puntos de la frontera norte.
En entrevista, Darwin Martínez, originario de Venezuela, relató que junto con su familia insistió en obtener la cita del programa CBP One antes de enero; sin embargo, ahora enfrenta el problema de no contar con un transporte que los lleve a la puerta que les fue asignada, lo que mantiene el nerviosismo de no lograr su objetivo antes del próximo año.
“El temor siempre va a estar, porque vienen nuevas políticas, vienen nuevas leyes, entonces sí tenemos el temor. Pero gracias a Dios, como nos salió la cita a mí y a mi familia, estamos esperanzados en que todo vaya bien. Vamos a estar de forma regular allá, podremos conseguir trabajo y estar estables”, puntualizó.
Por segundo día consecutivo, los migrantes llegaron desde la madrugada en espera de ser atendidos. Mientras esperan, las autoridades de la Policía Municipal controlan la vialidad en la zona, y Protección Civil proporciona atención médica a quienes lo requieren debido a las altas temperaturas registradas en la región.
Con mochila al hombro y zapatos desgastados, Juan Carlos, migrante de Cuba, pidió a las autoridades comprensión, ya que muchos de sus compañeros, varados en Tapachula, huyen de la violencia y la pobreza. Por ello, acudieron a la Comar en busca de un salvoconducto.
“Pues sí, claro que hay prisa por irse. Todos estamos aquí por lo mismo y más nosotros, los cubanos, que llevamos más de 65 años pasando tremendo trabajo, aguantando que nos pisotee el gobierno de Cuba».
«Yo lo que le pido a Donald Trump es que acabe con el comunismo, que es lo que tiene que hacer, para que ya termine toda esta migración y todo esto”, expuso.
De acuerdo con activistas y defensores de derechos humanos, México está en riesgo de convertirse en «la cárcel más grande» si Estados Unidos cierra su frontera, pues tan solo en la frontera sur hay alrededor de 45 mil personas en tránsito que se encuentran varadas.