La frontera entre Estados Unidos y México es la más peligrosa del mundo, según la ONU, pero también la más transitada. Desde enero de 2023, la policía fronteriza ha detenido a 2,3 millones de migrantes cuando cruzaban ilegalmente, un récord histórico que no incluye a los que lograron atravesar sin ser arrestados, ni a los que murieron en el intento. Esto ha generado una crisis en ciudades fronterizas de Texas, como Eagle Pass, que se ha convertido en el epicentro de la migración ilegal.
En el corazón del valle del Río Grande, en la frontera con México, la ciudad de Eagle Pass, con 30.000 habitantes, se ha convertido en el epicentro de la crisis migratoria en Estados Unidos y en un símbolo de la resistencia de Texas frente al Gobierno federal. En enero, ante el aumento masivo de migrantes, el gobernador republicano del estado, Greg Abbott, desplegó a la Guardia Nacional en la zona. Además, ordenó la instalación de alambres de púas en varios puntos para impedir el ingreso de migrantes al territorio estadounidense. Texas defiende estas acciones como respuesta a la inacción de Washington en la gestión de la crisis migratoria.
En el terreno, los servicios de salud están sobrecargados y las organizaciones de defensa de los migrantes alertan sobre el aumento de personas ahogadas en el Río Grande. Desde principios de año, se han encontrado más de quince cuerpos solo en el condado de Maverick, donde se ubica Eagle Pass.
En Estados Unidos, la reforma migratoria no se ha actualizado en 40 años. Aunque los republicanos han utilizado el tema con fines electorales, este año, con las elecciones presidenciales, el interés por el asunto se ha extendido a todos los estadounidenses. Las encuestas indican que la cuestión de la frontera con México es la principal preocupación de los votantes, incluso por encima de la economía.