México ha comenzado a alistar un plan de acción en caso de que el próximo gobierno de Donald Trump lleve a cabo deportaciones masivas de migrantes, lo que podría involucrar a personas de distintas nacionalidades. Aunque el gobierno mexicano ha dejado claro que no apoya estas deportaciones, está dispuesto a recibir a los migrantes deportados y colaborar con Estados Unidos para garantizar su repatriación adecuada a sus países de origen.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, detalló el viernes que, en caso de que los migrantes no sean mexicanos, el país podrá recibirlos, pero también solicitará a Estados Unidos que los traslade a sus países de origen o que, en su defecto, proporcione apoyo económico para llevar a cabo el proceso de repatriación desde México.
México aceptará a migrantes deportados bajo ciertas condiciones
En un contexto de creciente tensión por la política migratoria estadounidense, Claudia Sheinbaum expresó que México no está a favor de las deportaciones masivas que podrían ocurrir bajo el nuevo mandato de Trump, pero que en caso de que estas lleguen a materializarse, el país ofrecerá su apoyo a los migrantes, en especial a los de nacionalidad mexicana. «No estamos a favor de estas deportaciones, pero si se llegan a dar, vamos a recibir a los mexicanos y mexicanas que lleguen a nuestro país», aseguró Sheinbaum, quien destacó que México tiene un plan para atender esta situación.
Asimismo, la mandataria hizo hincapié en que México buscará mecanismos para que los migrantes que no sean de nacionalidad mexicana sean retornados a sus países de origen. En caso de que Estados Unidos no pueda asumir esa responsabilidad, México podría colaborar para llevar a cabo la repatriación.
EFE/ Juan Manuel Blanco
Preocupación en el norte de México
Uno de los puntos más preocupantes de la posible deportación masiva es la situación que se presentaría en el norte de México, una zona marcada por altos índices de violencia y el control de las actividades del crimen organizado. El riesgo de que los migrantes no mexicanos se acumulen en esa región podría agravar aún más la ya difícil situación humanitaria y de seguridad en las fronteras.
Este escenario recuerda a los hechos ocurridos durante la administración de Trump (2017-2021), cuando miles de migrantes fueron retornados a México para esperar la resolución de sus casos de asilo. Además, la implementación de la norma interna de salud pública de Estados Unidos durante la pandemia de COVID-19 resultó en la deportación de miles de migrantes sin oportunidad de presentar sus solicitudes de asilo.
Ante este panorama, Sheinbaum ha insistido en que México es un país solidario, pero ha señalado que Washington debe asumir su responsabilidad en la repatriación de migrantes no mexicanos, garantizando «el recurso necesario» para llevar a cabo esta tarea. «Siempre buscaremos la mejor manera de contribuir a esta situación», añadió la presidenta, aunque no especificó si México aceptaría algún tipo de compensación económica o de otro tipo para asistir en el proceso de deportación.
Retornos de migrantes en 2024 se reducen por falta de recursos
En 2024, los retornos de migrantes desde México a sus países de origen han experimentado una drástica disminución. Solo 16.500 migrantes fueron devueltos entre enero y agosto de 2024, en comparación con los 53.000 retornos registrados en 2023 y los más de 120.000 en 2022. Esta reducción en las devoluciones se debe en parte a la falta de recursos, lo que ha generado incertidumbre sobre la capacidad del gobierno mexicano para manejar el volumen de deportaciones que podrían producirse en caso de una nueva política migratoria más restrictiva.
El gobierno de México ya ha mostrado su disposición de colaborar con otros países en la gestión de la migración, pero la falta de recursos adecuados para llevar a cabo estas acciones ha sido un obstáculo para la ejecución de políticas de retorno eficientes.
México planea cumbre con países de tránsito migratorio
Una de las estrategias clave del gobierno mexicano es organizar una cumbre de cancilleres de países de origen y tránsito migratorio. Esta reunión, programada para enero, busca dar seguimiento a la cumbre celebrada en Palenque en 2023 y será una de las primeras oportunidades de los gobiernos involucrados para abordar el tema de las posibles deportaciones de migrantes.
Durante esta cumbre, México buscará reforzar su liderazgo regional en temas migratorios, promoviendo la cooperación internacional para una gestión más equitativa y humanitaria de los flujos migratorios. El objetivo principal de la reunión será acordar medidas conjuntas que aseguren una repatriación digna y segura de los migrantes, además de encontrar soluciones a largo plazo para evitar que las deportaciones masivas continúen ocurriendo.
Plan de apoyo legal a ciudadanos mexicanos en EE.UU.
En respuesta a los posibles cambios en la política migratoria bajo el gobierno de Trump, México también ha lanzado un plan de apoyo legal para proteger a sus ciudadanos en Estados Unidos. A través de los consulados mexicanos, el gobierno brindará asesoría jurídica y respaldo a aquellos que enfrenten deportaciones o que estén en riesgo de ser afectados por las nuevas políticas.
El 2024 será un año clave para fortalecer los lazos entre México y Estados Unidos en cuestiones migratorias, y Sheinbaum se comprometió a que su administración trabajará de cerca con los consulados mexicanos en territorio estadounidense. «Les quiero pedir toda su entrega», manifestó la presidenta, refiriéndose a los cónsules que desempeñan un papel crucial en la protección de los derechos de los migrantes mexicanos en EE.UU.
Desafíos ante la posible separación de familias
Un tema que preocupa profundamente a las autoridades mexicanas es la posible separación de familias migrantes debido a las deportaciones. Aunque Sheinbaum no ofreció detalles específicos sobre las medidas que tomaría su gobierno para evitar estas separaciones, subrayó que el gobierno mexicano tiene la intención de establecer mecanismos con la administración de Trump para proteger la unidad familiar.
La separación de familias ha sido un tema recurrente en las políticas migratorias estadounidenses, y tanto organizaciones de derechos humanos como el gobierno mexicano han expresado su oposición a esta práctica. En este contexto, México buscará implementar medidas para garantizar que, en caso de deportaciones, se respeten los derechos de los migrantes, especialmente aquellos que viajan con hijos.
La respuesta de México ante las deportaciones de Trump
La postura de México frente a las posibles deportaciones masivas que se avecinan refleja un equilibrio entre la solidaridad hacia los migrantes y la necesidad de gestionar los recursos de manera eficiente. Aunque el gobierno de Sheinbaum ha dejado claro que no apoya estas deportaciones, ha expresado su disposición a colaborar con Estados Unidos y otros países de la región para encontrar soluciones viables y humanas para la migración.
La situación seguirá siendo uno de los temas más candentes en las relaciones entre México y Estados Unidos, y la administración mexicana deberá enfrentarse a varios retos logísticos y diplomáticos para manejar la crisis migratoria de manera efectiva. Sin embargo, la respuesta de México ante estas deportaciones será fundamental para garantizar que se respeten los derechos de los migrantes y se eviten consecuencias negativas en las comunidades de ambos países.