La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó este martes que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue adelante con su plan de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá. Según Leavitt, los aranceles están programados para entrar en vigor el 1 de febrero, salvo que ambos países tomen medidas concretas para colaborar en la lucha contra el tráfico de fentanilo y la inmigración irregular.
Aranceles a Canadá y México: una presión para la cooperación
En su primera rueda de prensa, Karoline Leavitt explicó que el presidente Trump sigue esperando una colaboración más activa de México y Canadá en temas clave como el combate al tráfico de fentanilo y el control de la inmigración irregular. La portavoz enfatizó que, a pesar de los avances en la cooperación por parte de México, los aranceles siguen siendo una medida en el calendario, a menos que ambos países muestren un compromiso más profundo con las demandas estadounidenses.
«Hemos visto un nivel histórico de cooperación por parte de México, pero hasta anoche, cuando hablé directamente con el Presidente, los aranceles programados para el 1 de febrero todavía están en el calendario», comentó Leavitt durante la conferencia. Trump ha sido claro en que espera que todas las naciones, incluidas México y Canadá, cooperen con la repatriación de sus ciudadanos y fortalezcan la seguridad en las fronteras.
El enfoque de Trump: aranceles como herramienta de presión
El presidente Trump ha utilizado los aranceles como una «herramienta de negociación efectiva», un recurso que considera fundamental para presionar a los países a alinearse con las políticas comerciales y de seguridad de Estados Unidos. La reciente imposición de aranceles de emergencia a Colombia, por ejemplo, ha sido citada como un modelo de cómo Trump ve los gravámenes: no solo como medidas económicas, sino también como un castigo para aquellos países que no cumplen con sus demandas.
Leavitt también mencionó que Trump está considerando la posibilidad de imponer nuevos aranceles a China, buscando utilizar la misma estrategia de presión que ha implementado con México y Canadá. Este enfoque refleja la postura de Trump respecto a las relaciones internacionales, donde los aranceles se ven como una forma de obtener concesiones en temas clave.
Canadá y México, bajo la lupa de Estados Unidos
La administración de Trump ha sido firme en su exigencia de que tanto Canadá como México refuercen su cooperación en la lucha contra el tráfico de fentanilo, una droga sintética que ha generado una crisis de salud pública en Estados Unidos. La inmigración irregular también sigue siendo una prioridad para el presidente, quien ha presionado constantemente a estos países para que colaboren en el control de los flujos migratorios hacia la frontera sur de Estados Unidos.
Trump considera que los aranceles son una manera de «castigar» a los países que no cumplen con las expectativas de su gobierno, y busca enviar un mensaje claro sobre su postura frente a temas de seguridad y comercio. Las medidas propuestas, según Leavitt, no están sujetas a cambios, salvo que los gobiernos de México y Canadá tomen acciones concretas en los próximos días.