Sacerdotes católicos, activistas y lugareños participaron este jueves en una simbólica marcha en una zona fronteriza entre México y Guatemala para denunciar los abusos que sufren los migrantes en su trasiego hacia Estados Unidos.
Un centenar de personas recorrió a pie cerca de dos kilómetros desde la Casa del Migrante Sin Frontera en Tecún Umán, en el oeste de Guatemala para luego cruzar el fronterizo río Suchiate en las mismas balsas que utilizan los migrantes en sus travesías y asistieron a una misa en un templo de la mexicana Ciudad Hidalgo.
El objetivo “es la sensibilización sobre la dinámica migratoria”, dijo a la AFP el coordinador de la Casa del Migrante, Gemayel Fuentes.
“Lo que buscamos es que los migrantes sean reconocidos no sólo desde su país de origen, sino en el país de tránsito y destino”, agregó.
Algunos de los participantes en la marcha portaban banderas de Guatemala y México, así como de otras naciones latinoamericanas y también la estadounidense.
El río Suchiate, de unos 150 metros de ancho, es cruzado diariamente por migrantes en precarias balsas hechas con neumáticos de camiones.
Los migrantes “huyen” de sus países por “las constantes represalias, la violencia, el hambre, la falta de empleo y de salarios dignos”, dijeron las diócesis de San Marcos (Guatemala) y Tapachula (México) en un comunicado conjunto.
En busca de un mejor destino, los migrantes cruzan “montañas, desiertos y ríos, exponiendo sus vidas al peligro, huyendo de las guerras, la persecución política, el hambre y la falta de oportunidades en todo ámbito social”, indicaron.
Migrantes cruzan el río Suchiate, en la ciudad de Tapachula, Chiapas (México). EFE/Juan Manuel Blanco
Las diócesis afirmaron que “en Chiapas, los migrantes están a disposición de los cárteles porque libremente los roban, los extorsionan, los secuestran y los asesinan a la vista de las autoridades”.
También sufren “cobros excesivos, retenes ilegales, discriminación, abusos sexuales y trata y tráfico de menores”, todo ello por la falta de políticas de atención a esos problemas, agregaron.
La Casa del Migrante, abierta en 1996, cada día recibe a unas 150 personas de distintas nacionalidades a quienes brinda gratuitamente hospedaje, alimentación, medicamentos, atención médica, laboratorio, llamadas, internet y asesoría legal, entre otros servicios, detalló Fuentes.
Personal de la Guardia Nacional resguardan las orillas del río Suchiate, en la ciudad de Tapachula, Chiapas (México). EFE/Juan Manuel Blanco
El año pasado fueron atendidos 30.122 migrantes y en lo que va de este año ya sobrepasaron los 31.000, precisó.
Centroamérica y México sirven de corredor a miles de migrantes de distintas partes del mundo que buscan llegar a Estados Unidos.