La Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría oficialista, declaró este martes como personas no gratas a nueve expresidentes latinoamericanos y advirtió que, en caso de intentar acompañar al líder opositor Edmundo González Urrutia en su intención de asumir la presidencia el próximo 10 de enero, serán tratados como una fuerza extranjera que intenta invadir el país. La medida fue aprobada de manera unánime en una sesión especial.
Los exmandatarios vetados son Andrés Pastrana (Colombia), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Vicente Fox y Felipe Calderón (México), Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares (Panamá), Jorge Quiroga (Bolivia), Jamil Mahuad (Ecuador) y Laura Chinchilla (Costa Rica). La decisión se produjo tras la intención de estos expresidentes de asistir a Venezuela para respaldar a González Urrutia en su desafío a la presidencia del actual mandatario Nicolás Maduro.
Repudio a la «injerencia internacional» en Venezuela
Durante la sesión, el Parlamento venezolano rechazó lo que consideró una injerencia externa de los expresidentes, tachándolos de ser parte de una «ultraderecha internacional» que busca entorpecer la «legítima» posesión del presidente Nicolás Maduro, quien asumirá su mandato el próximo 10 de enero de 2025. En el acuerdo aprobado, los legisladores aseguraron que los expresidentes están tratando de socavar la soberanía de Venezuela y su gobierno legítimo.
El acuerdo fue respaldado por los diputados del oficialismo, quienes mostraron su rechazo a lo que consideran una intervención extranjera en los asuntos internos de Venezuela. Según el texto, los exmandatarios buscan entorpecer el proceso de juramentación de Nicolás Maduro, un acto que se considera crucial para la estabilidad política y económica del país.
Las declaraciones de los opositores al acuerdo
La diputada Rodbexa Poleo, quien presentó el proyecto de acuerdo en la Asamblea, defendió la medida como una acción necesaria para proteger la soberanía del país. Según Poleo, el objetivo es defender la patria y reivindicar la historia de Venezuela frente a lo que consideran un intento de manipulación política por parte de los expresidentes latinoamericanos.
En respuesta, el legislador José Brito, quien se identifica como opositor al gobierno de Maduro, criticó a los exmandatarios por lo que calificó de «hipocresía supina». Brito acusó a los expresidentes de actuar con un doble discurso, tachándolos de incapaces de competir en sus propios países por el rechazo popular que podrían enfrentar. En sus palabras, estos expresidentes son «incapaces de presentarse ante sus pueblos como candidatos, ni siquiera a una provincia, porque serían expulsados por entreguistas».
Jorge Rodríguez y la advertencia a los expresidentes
El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, quien también es uno de los principales aliados del presidente Maduro, planteó un giro en el debate. Tras exponer diversas críticas hacia los exmandatarios, Rodríguez sugirió que el acuerdo aprobado debía ser más firme en su enfoque. Propuso que, en caso de que los expresidentes intentaran ingresar al territorio venezolano sin la debida autorización, debían ser tratados como invasores.
Rodríguez destacó que cualquier intento de los expresidentes de ingresar al país sin el consentimiento de las autoridades de defensa y seguridad sería considerado un acto de invasión. Según sus declaraciones, las aeronaves que transporten a los exmandatarios, así como sus tripulantes y pasajeros, deberían ser tratados como una amenaza extranjera, y las autoridades venezolanas tomarían las medidas necesarias para proteger el territorio nacional.
Contexto del conflicto y las relaciones internacionales de Venezuela
El conflicto que involucra a los expresidentes latinoamericanos y el gobierno de Nicolás Maduro se enmarca en la continua crisis política y económica que atraviesa Venezuela. La situación en el país se ha agudizado con las acusaciones de fraude electoral en las últimas elecciones presidenciales y la persistente falta de legitimidad que enfrenta el gobierno de Maduro a nivel internacional.
El 28 de julio de 2024, se celebraron elecciones presidenciales en Venezuela, que fueron cuestionadas por amplios sectores de la oposición, incluyendo al líder Edmundo González Urrutia, quien reclama haber ganado los comicios. González Urrutia ha afirmado que tiene el respaldo de varios sectores de la oposición y de la comunidad internacional, pero el gobierno de Maduro considera que sus acciones están dirigidas a desestabilizar al país.
Los expresidentes latinoamericanos y su relación con Venezuela
Los expresidentes de la región, por su parte, han expresado su preocupación por la situación en Venezuela y han criticado abiertamente la gestión de Nicolás Maduro. Los exmandatarios mencionados en el acuerdo del Parlamento venezolano son figuras destacadas de la política latinoamericana, con una gran influencia en sus respectivos países. En el caso de Andrés Pastrana, expresidente de Colombia, ha sido un crítico constante del régimen de Maduro y ha llamado a la comunidad internacional a ejercer más presión sobre el gobierno venezolano.
De igual manera, Vicente Fox y Felipe Calderón, dos expresidentes mexicanos, han manifestado en varias ocasiones su preocupación por la crisis humanitaria en Venezuela, especialmente por el éxodo masivo de ciudadanos venezolanos hacia otros países latinoamericanos.
Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares, de Panamá, también han sido críticos de las políticas de Maduro, al igual que Jorge Quiroga de Bolivia, quien ha sido un firme defensor de los derechos humanos y la democracia en Venezuela. Laura Chinchilla, ex presidenta de Costa Rica, ha llamado a la unidad latinoamericana para enfrentar lo que considera un régimen que viola los derechos fundamentales de los venezolanos.
La tensión continúa: El futuro de Venezuela
Este enfrentamiento diplomático entre el Parlamento venezolano y los expresidentes latinoamericanos refleja las crecientes tensiones políticas en la región. Los próximos días, y especialmente el 10 de enero de 2025, podrían ser decisivos para la futura estabilidad política en Venezuela. A medida que se acerca la fecha en que Nicolás Maduro asumirá su nuevo mandato, las reacciones internacionales se intensifican y la presión sobre el gobierno venezolano sigue creciendo.
El futuro de Venezuela dependerá no solo de las decisiones internas del gobierno y la oposición, sino también del papel que jueguen los países vecinos y las organizaciones internacionales en la resolución del conflicto. Mientras tanto, la comunidad internacional mantiene una vigilancia constante sobre los desarrollos en el país.