El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó este martes que los migrantes deportados de Estados Unidos deben regresar a su país sin estar esposados, y que solo cuando esto suceda, se podrá hablar de negocios. Además, le envió un mensaje claro a su homólogo estadounidense, Donald Trump, asegurando que su gobierno no se «arrodilla por la mercancía». Esta declaración ocurre en medio de una creciente tensión diplomática entre ambos países.
Petro y su postura sobre los migrantes deportados
El mandatario colombiano expresó con firmeza que la dignidad de los migrantes debe prevalecer por encima de cualquier consideración económica o comercial. «Trump cree que nos arrodillamos por la mercancía, él cree que somos como él. ¡Ojo! Nosotros somos diferentes, no somos él. Podemos entendernos, sí, no estoy diciendo que no, pero tiene que entender la diferencia», dijo Petro en una rueda de prensa con su gabinete.
El presidente Petro dejó en claro que, en su gobierno, el bienestar de las personas siempre será priorizado antes que los intereses económicos. Según Petro, el progresismo coloca a la persona por encima de la mercancía, y por ello subrayó que los deportados deben llegar a Colombia sin esposas, y solo después de que eso suceda, se podrá negociar cualquier tema de cooperación.
Ciudadanos solicitantes de visa de los Estados Unidos caminan afuera de la embajada estadounidense este lunes, en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
La crisis diplomática tras la llegada de migrantes deportados
La postura de Petro sobre los migrantes deportados por EE. UU. ha generado una fuerte reacción diplomática. El pasado 26 de enero, el gobierno colombiano rechazó la llegada de dos aviones con migrantes deportados desde Estados Unidos, argumentando que los viajeros venían esposados, lo cual fue interpretado como una violación a su dignidad. Esta decisión desató una crisis entre ambos países, provocando que Trump anunciara medidas punitivas, incluidas sanciones económicas como aranceles del 25% sobre todos los productos colombianos, y restricciones en las visas y viajes.
En respuesta, Colombia adoptó medidas similares, imponiendo también aranceles y tomando represalias ante las sanciones de Estados Unidos. A pesar de estos enfrentamientos, la situación se desescaló en los días posteriores, cuando ambos gobiernos llegaron a un acuerdo que permitió el regreso de los migrantes deportados sin limitaciones. No obstante, la tensión entre Petro y Trump permanece, y las relaciones diplomáticas siguen siendo frágiles.
Combo de fotografías donde aparece el presidente de Colombia, Gustavo Petro y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda / Anna Moneymaker
Petro responde a las amenazas de Trump
A pesar de las sanciones impuestas por EE. UU., el presidente Petro fue categórico al afirmar que Colombia no cederá ante la presión económica o política. «Mi gobierno no se arrodilla», dijo Petro en un consejo de ministros, enfatizando que sigue un «principio internacional» que pone la vida y la dignidad humana por encima de cualquier interés económico.
Petro también hizo una referencia a los ideales de Simón Bolívar, el libertador de América Latina, subrayando que Colombia tiene el potencial para ser una «potencia mundial de la vida», en contraposición a aquellos países que priorizan la mercancía sobre los derechos humanos.
La tensión persistente entre Colombia y Estados Unidos
A pesar de los esfuerzos por llegar a un acuerdo, las relaciones entre Colombia y Estados Unidos siguen siendo tensas, particularmente en el ámbito migratorio. La administración de Donald Trump ha intensificado sus esfuerzos por deportar a los más de 11 millones de migrantes indocumentados en el país, muchos de los cuales provienen de América Latina. Trump ha calificado a estos migrantes como «criminales» y ha prometido llevar a cabo la mayor campaña de deportación en la historia de Estados Unidos.
Petro ha sido uno de los líderes latinoamericanos más críticos de estas políticas, no solo por su impacto en los migrantes, sino también por su enfoque hacia los derechos humanos. En varias ocasiones, el presidente colombiano ha afirmado que América Latina debe centrarse en defender a las personas, no a la mercancía, haciendo un llamado a la región para que se una en la defensa de la dignidad humana frente a políticas de inmigración que considera inhumanas.