Las autoridades de Perú y Estados Unidos realizaron un operativo conjunto en Lima que resultó en la captura de 23 miembros de la banda transnacional venezolana Tren de Aragua y el rescate de 84 víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual. La operación se desarrolló en varios puntos de la capital peruana, y se llevó a cabo con la participación de más de 300 agentes de seguridad, tanto locales como internacionales.
El operativo contra el Tren de Aragua en Lima
El operativo, que tuvo lugar cerca de la medianoche del viernes, se ejecutó en tres distritos populares de Lima: Santa Anita, San Martín de Porres y Puente Piedra. Según el general Aldo Dávila, jefe de la policía contra la trata de personas, las autoridades lograron arrestar a 23 individuos involucrados en la operación del Tren de Aragua y liberar a 84 personas que se encontraban en condiciones de explotación. Entre las víctimas rescatadas, se encontraban tres menores de edad: dos venezolanas y una peruana.
El Tren de Aragua, una banda criminal originaria de Venezuela, ha sido responsable de una serie de delitos, incluyendo secuestros, extorsiones y trata de personas, actividades que ha expandido a varios países de la región. Esta organización delictiva ha aprovechado el éxodo masivo de migrantes venezolanos, quienes en su mayoría llegan a Perú buscando mejores condiciones de vida, para perpetrar sus actividades ilícitas.
Más de 300 agentes involucrados en el operativo
En total, participaron más de 300 policías peruanos y fiscales, quienes trabajaron de manera coordinada con la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos. A través de este esfuerzo conjunto, las autoridades lograron desarticular varias de las redes de tráfico humano que el Tren de Aragua tenía operativas en Lima.
La colaboración internacional ha sido clave en la lucha contra esta organización transnacional. La embajadora de Estados Unidos en Perú, Stephanie Syptak-Ramnath, celebró el éxito de la operación, destacando la importancia del trabajo conjunto para “mejorar la seguridad de nuestros ciudadanos y nuestra región compartida”. Además, el general Dávila resaltó que desde 2022 se han logrado importantes avances en la lucha contra el Tren de Aragua, con apoyo logístico y tecnológico por parte del gobierno estadounidense.
El impacto del Tren de Aragua en la región
El Tren de Aragua se ha expandido más allá de Venezuela y ha extendido sus redes criminales a varios países de América Latina, particularmente en Colombia, Ecuador y Perú. La organización se ha involucrado en diversos delitos, entre ellos el secuestro de migrantes y la explotación sexual de mujeres y menores. Su presencia ha sido una de las mayores preocupaciones para las autoridades de seguridad de la región.
Fotografía de archivo que muestra la entrada del centro penitenciario Tocorón (Venezuela) tras un operativo contra bandas criminales, entre ellas la transnacional Tren de Aragua. EFE/ Miguel Gutiérrez
En Perú, el Tren de Aragua tiene varios brazos locales, siendo uno de los más conocidos la dinastía Alayón, dirigida por el venezolano Héctor Prieto, conocido en el mundo criminal como “Mamut” debido a su corpulencia. Aunque Prieto se encuentra preso, sigue dirigiendo la banda desde la cárcel, lo que demuestra la influencia que la organización tiene incluso dentro del sistema penitenciario. Las autoridades peruanas han capturado a varios de sus miembros en los últimos años, lo que ha debilitado parte de su estructura, pero la organización sigue siendo una amenaza significativa.
La extradición y el futuro de la lucha contra el crimen organizado
En septiembre, el jefe de la policía peruana, Víctor Zanabria, indicó que Perú esperaba extraditar a dos miembros del Tren de Aragua que se encontraban en prisión en la cárcel de Challapalca, situada a más de 4.600 metros sobre el nivel del mar, en los Andes peruanos. La extradición de estos individuos a Estados Unidos sería un paso importante en el desmantelamiento de la red criminal, ya que muchos de los miembros de la banda operan desde el exterior, lo que complica aún más la persecución judicial.