Nicaragua se encuentra atravesando una crisis social y política desde el 2018, que se acentuó en noviembre de 2021 frente a la reelección de Daniel Ortega tras unas controvertidas elecciones. Este jueves la opositora Concertación Democrática Nicaragüense (CDN-Monteverde) ha expresado su rechazo hacia dicha situación.
“(Nicaragua) vive el más brutal autoritarismo bajo la dictadura de los Ortega-Murillo”, exclamó en referencia al Gobierno que preside el sandinista y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
En un pronunciamiento con ocasión del 45 aniversario de la revolución sandinista, el movimiento opositor nicaragüense en el exilio sostuvo que desde 2007, cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) retomó el poder, se inició un “proceso de captura del Estado” que ha dejado al país bajo el sometimiento de la familia Ortega-Murillo que “pretende instaurar una dinastía”.
De acuerdo con la CDN-Monteverde, desde 2007, principalmente desde 2018, más de 350 nicaragüenses han sido asesinados por motivos políticos, centenares han sido encarcelados y desterrados, y más de 800.000 han migrado. Asimismo, el grupo opositor señaló al Ejecutivo sandinista de haber “desatado una persecución religiosa sin precedentes, y provocado la destrucción de todo el tejido político, social y empresarial del país”.
También reprochó la alianza de los sandinistas con Corea del Norte, Cuba, China, Irán, los Talibanes, Rusia, Venezuela y otros porque, a su juicio, “pretende revertir el orden democrático del continente” americano.
Para la CDN-Monteverde, “es vital no repetir estos errores, por tanto, considera fundamental que el liderazgo que asuma la reconstrucción de la Nicaragua pos Ortega esté genuinamente comprometido con los principios e ideales de la más amplia libertad en todos los órdenes: político, económico, religioso, ideológico, social, con la defensa innegociable de la dignidad de la vida y los derechos humanos”.
”No podemos permitir que haya otro 19 de julio. El somocismo y el sandinismo deben ser capítulos cerrados de nuestra historia. El nuevo reto será enfocarnos en construir la República democrática, libre y próspera, que siempre hemos soñado”, valoró.
Para el movimiento opositor, el 19 de julio de 1979, cuando fue derrocada la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, “es una fecha superada por la historia, y por los hechos diametralmente opuestos a los sueños de libertad, justicia social y paz, que albergaba la mayoría de los nicaragüenses” en aquel entonces.
El primer Gobierno sandinista
El grupo opositor recordó que desde que el FSLN asumió el poder en 1979 implantó una agenda de corte marxista leninista, completamente opuesta a la oferta democrática que prometió inicialmente, y mantuvo a los nicaragüenses sometidos a la voluntad del Estado-partido.
También anuló las libertades cívicas y económicas, se alineó completamente al totalitarismo de Cuba y de la ex Unión Soviética. Además, declaró a Estados Unidos “enemigo de la humanidad”, y se empeñó en extender la revolución al resto de Centroamérica.
Asimismo, destruyó el tejido empresarial y productivo de Nicaragua, lo que ocasionó una crisis económica sin precedentes que acabó con la clase media, provocó el exilio de unos 200.000 nicaragüenses, y empujó a miles de campesinos a unirse a la Resistencia Nicaragüense, conocida como la “Contra”, que recibió armas de Estados Unidos con el fin de contener el expansionismo soviético en la región.
Según CDN-Monteverde, el cese del apoyo soviético, la presión de la comunidad internacional, la “Contra”, y el convencimiento de que mantenían el apoyo popular, permitió que el 25 de febrero de 1990 se realizara un proceso electoral adelantado y supervigilado donde el pueblo con su voto derrotó al FSLN.
Nicaragua comenzó entonces un difícil proceso de transición hacia la democracia, con una economía en ruinas y más pobreza que antes de la revolución, pero el esfuerzo por reconstruir el país en libertad duró solo 16 años, según el balance del movimiento opositor.