Los bomberos intentaban este domingo (15.09.2024) apagar las llamas que alcanzan el Parque Nacional de Brasilia, un nuevo foco en la ola de incendios que azota Brasil, que atraviesa la peor sequía desde que se tienen registros.
Las llamas se desataron en esa reserva de agua y fauna en la capital brasileña el mismo día en que un juez de la corte suprema autorizó al gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a desatender los límites fiscales en su combate a los fuegos.
Lula y la primera dama Janja sobrevolaron la zona devastada, según imágenes difundidas en sus redes sociales.
«El gobierno federal está actuando junto con el Cuerpo de Bomberos para ayudar en el combate de las llamas», escribió el mandatario.
«Pandemia» de incendios
Este domingo el magistrado del Supremo Tribunal Federal Flavio Dino autorizó al gobierno a emitir créditos extraordinarios «sin cálculos de techos ni metas fiscales, exclusivamente» para combatir lo que considera una «pandemia» de incendios en el país.
«No podemos negar el máximo y efectivo socorro a más de la mitad de nuestro territorio (…), con la justificativa de cumplir una regla contable que no consta en la Constitución», dijo Dino, que hasta enero fue ministro de Justicia de Lula.
El número de incendios en lo que va de septiembre (55.517) ya superó los registrados el mismo mes del año pasado (46.498), según las mediciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) a partir de datos satelitales.
El mayor incendio del año en la capital
El Parque Nacional de Brasilia se prendió en llamas este domingo, en el mayor incendio del año en la ciudad, que acumula 145 días sin lluvias y niveles mínimos de humedad.
Algunos residentes incluso lanzaron baldes de agua a las llamas y los bomberos se unieron a las labores de combate a los fuegos, que deben continuar durante la noche, informó el Instituto Chico Mendes de Conservación de Biodiversidad (ICMBio), responsable de la administración de los parques nacionales brasileños.
El incendio consumió hasta el momento un área de 1.200 hectáreas, indicó el ICMBio.
Con 30.000 hectáreas, el parque sirve para proteger las cuencas hidrográficas que proveen agua a la región de Brasilia.
Loshumos desatados por las llamas afectan algunas de las principales ciudades brasileñas, como Sao Paulo y Rio de Janeiro, y a países vecinos.