La marea ha subido y las aguas se han sacudido en la costa peruana luego de que la empresa Cosco Shipping Ports Chancay Perú, cuyo accionista mayoritario es una empresa estatal china, envió el 16 de abril una carta al Ministerio de Economía de Perú sobre las condiciones en que operaría el terminal portuario que construye en ese país y que se convertiría en el más grande de América del Sur.
La comunicación intenta una solución amistosa y evitar un arbitraje internacional, le dijo a CNN una fuente de la empresa. El conflicto está referido al permiso para que esa compañía opere en exclusiva los servicios de la infraestructura portuaria, decisión tomada por el Estado peruano años atrás pero que ahora es cuestionada por la forma en la que se aprobó.
Según la empresa, hasta el cierre de esta nota el Estado peruano no había respondido a la comunicación; “hasta ahora nadie nos contesta” la carta, agregó la misma fuente.
Aunque no ha contestado oficialmente a la empresa, el ministro de Economía, José Arista, confirmó en una entrevista con RPP Noticias que recibieron la carta, y reconoce que aún no han respondido, pero asegura que espera que lleguen a un acuerdo.
¿De Chancay a Shanghai?
Liang Yu, embajador de China en Perú, ha dicho que el puerto de Chancay podría convertirse en la Shanghái de Sudamérica, según reportó en junio de 2022 el diario La República. En esas mismas declaraciones, el diplomático lamentó los rumores negativos contra empresas chinas que operan en Perú, y comentó que esto puede empañar la cooperación entre ambos países.
En 2010, Perú fue el segundo país latinoamericano en firmar un Tratado de Libre Comercio con China que es, además, el principal socio comercial de Perú desde 2014.
Pero el terminal portuario, ubicado 80 km al norte de la ciudad de Lima, no fue ideado por el gobierno chino o algún importante empresario de ese país, fue un proyecto concebido en 2007 por el peruano Juan Ribaudo De La Torre, entonces propietario de las tierras donde hoy se construye el puerto. Ello según un artículo que escribió en el sitio Lampadia.com José Luis Noriega Lores, exgerente general de Chancay Port SA, como se llamaba la empresa de Ribaudo en sus inicios.
La empresa que inició Ribaudo lleva hoy el nombre de Cosco Shipping Ports Chancay Perú y tiene como su mayor accionista a Cosco Shipping Ports Limited (CSPL) (60%), una de las subsidiarias de la empresa estatal china, que a su vez es uno de los mayores conglomerados navieros del mundo. El otro accionista es la firma peruana Volcan Compañía Minera (40%), hasta hace poco parte del gigante de los commodities Glencore, que esta semana anunció su venta al grupo argentino Integra Capital. El presidente de esta firma es José Luis Manzano, un exministro durante la presidencia de Carlos Menem que lleva casi tres décadas volcado a los negocios diversificados en medios, energía eléctrica y minería, entre otros sectores.
Cosco es también parte de Ocean Alliance, integrada por navieras que en conjunto manejan cerca del 50% de traslado de carga entre Asia y América.
El terminal portuario es considerado de tal importancia, que sería inaugurado por el presidente de China, Xi Jinping, en noviembre durante la cumbre de APEC a celebrarse en Lima, según el canciller de Perú, Javier González Olaechea.
Una vez concluida, la obra provocaría un cambio importante en las rutas de transporte marítimo en el Pacífico hacia Asia y Oceanía, dado que en teoría permitiría que Ecuador, Colombia y Chile trasladen sus mercancías a China desde Perú sin otras escalas. Según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Chancay, cuya inversión asciende a más de US$ 3.600 millones, recibirá a las embarcaciones más grandes del mundo de hasta 18.000 TEU (medida estándar de capacidad basada en un contenedor de 20 pies de largo).