El director de la cárcel La Modelo, uno de los principales centros penitenciarios de Colombia, fue asesinado a tiros este jueves (16.04.2024) en Bogotá, luego de recibir varias amenazas de muerte, informó el Gobierno.
«Acaba de ser asesinado el coronel retirado Elmer Fernández (…) cuando iba en su carro (auto)», expresó en un video el ministro de Justicia, Néstor Osuna.
El director se movilizaba en un automóvil del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) en Bogotá, la capital colombiana, cuando le dispararon.
Fernández «había asumido el 4 de abril, estaba cumpliendo las órdenes de impartir disciplina y haciendo requisas aleatorias. Hoy es asesinado vilmente», lamentó en la red social X el presidente, Gustavo Petro.
El mandatario izquierdista anunció un «plan candado» de la Policía para hallar a los atacantes y un «consejo de seguridad extraordinario para establecer medidas para todas las cárceles del país».
De acuerdo con medios locales, Fernández había recibido hace algunas semanas amenazas en panfletos por parte de presos. Le advertían que no volviera a ordenar operativos de los guardias en algunos patios de La Modelo.
En esa prisión, una de las principales del país junto a La Picota de Bogotá y la cárcel de Cómbita (centro), hay alrededor de 3.000 personas pagando sus condenas.
Amenazas de «Pedro Pluma”
Según el presidente de la Unión de Trabajadores Penitenciarios (UTP), Óscar Robayo, el director Fernández había sido amenazado hace un tiempo y esos hechos fueron dados a conocer a las autoridades.
Las autoridades no han señalado a posibles autores del asesinato, pero, según medios locales, el funcionario había recibido amenazas contra él y su familia por parte de un delincuente conocido con el alias de ‘Pedro Pluma’ por sus acciones para poner orden en los patios de La Modelo, situada en la zona sur de la ciudad.
Entre tanto, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, aseguró: «Estamos trabajando con las autoridades para dar con los responsables a la mayor brevedad. Hago un llamado a todas las autoridades para que trabajemos juntos por proteger la vida y garantizar la seguridad de todas las personas amenazadas por grupos criminales».
El Gobierno de Colombia declaró en febrero pasado la emergencia carcelaria para enfrentar la persecución de bandas criminales a los guardianes de prisiones y combatir la extorsión que se hace desde los centros de reclusión del país, todos con un alto hacinamiento.
La medida se dio luego de una ola de violencia contra los funcionarios del INPEC y que le costó la vida a uno de ellos, llamado Jesús Cárdenas, tiroteado por dos sicarios cuando desayunaba cerca de la cárcel San Sebastián de Ternera, en Cartagena.
En esa ocasión, el ministro Osuna explicó que se iba a disponer de dinero para comprar equipos bloqueadores de la señal de teléfonos celulares en las cárceles, que son utilizados por presos para extorsionar y planear otras acciones criminales.
El INPEC administra 125 establecimientos carcelarios en todo el país con capacidad para 81.740 reclusos pero en la actualidad albergan a 101.976 personas privadas de la libertad.
Eso significa que la ocupación en las cárceles del país excede su capacidad en 20.236 internos, lo que equivale a un hacinamiento del 24,7 %, clasificado como alto por el INPEC.