El Ministerio de Seguridad (Minseg) informó hoy que en 18 días se han detenido a dos mil 907 personas como parte del operativo Panamá 3.0,para enfrentar a las pandillas.
En conferencia de prensa, Edgardo Núñez, del Minseg, precisó que desde el pasado 10 de octubre, cuando comenzó la estrategia, lograron una disminución del 71 por ciento en los delitos de alto impacto.
Durante unos mil 190 allanamientos, agregó, se han decomisado 109 armas de fuego, 43 mil 654 dólares, mil 894 paquetes de drogas, 38 vehículos recuperados y siete incautados.
La operación incluye intervenciones en zonas conflictivas y cuenta con la participación de mil 32 agentes adicionales a la fuerza policial regular.
Al establecer este plan, el presidente de la República, José Raúl Mulino, señaló que comenzarían además patrullajes comunitarios, puntos de control móviles y retenes en zonas conflictivas como la provincia de Colón (Caribe), de las más peligrosas; Panamá Oeste (contigua a la capital), el distrito de San Miguelito (barrio periférico con altos índices de inseguridad), el área del Canal y otras zonas populares cercanas a la urbe metropolitana.
El plan incluye la revisión casa por casa o finca por finca de las principales zonas peligrosas, remarcó el gobernante.
“Todo esto tiene un único fin: que cada trabajador panameño sienta que vuelve la paz y la seguridad. El desafío es grande, fueron muchos años de falta de liderazgo dando rienda suelta al crimen organizado en todo el país”, comentó.
Según estadísticas oficiales, el 19 por ciento de los 556 homicidios registrados en el país en 2023 ocurrieron en Colón y el 18 por ciento en San Miguelito, la segunda y tercera zona más violenta del istmo, solo superada por Panamá, que registró el 38 por ciento.
Mulino dijo que su compromiso es con el ciudadano de bien y en ese sentido anunció además la creación de nuevos grupos de vigilancia entre vecinos, empresarios y escuelas para brindar mayor seguridad.
Autoridades del Minseg señalan que el 70 por ciento de los asesinatos en el país están vinculados al crimen organizado, incluidas las pandillas, que se ocupan de ocultar la droga que llega de Suramérica y de moverla para que salga hacia Estados Unidos, el mayor consumidor, y Europa.