La líder opositora venezolana María Corina Machado no cree que las elecciones presidenciales de Venezuela, previstas para el 28 de julio, vayan a ser limpias, pero dice que nunca antes había visto un anhelo de cambio tan fuerte. «No podemos decir que es una elección ni libre ni justa, porque los venezolanos no pueden votar por el candidato que escogieron en las primarias», dijo Machado en entrevista con Andrés Oppenheimer para CNN en Español.
Machado, ganadora de las primarias opositoras, fue inhabilitada de participar y la candidata a quien luego apoyó, Corina Yoris, no pudo inscribir su candidatura. Machado apoya a Edmundo González Urrutia, el candidato unitario de la mayor coalición opositora en Venezuela que resultó tras las restricciones a Machado y Yoris.
«Sin embargo, los venezolanos estamos decididos a avanzar por este camino, sorteando todos los obstáculos que incluyen mucho de lo que hacíamos referencia de cómo se hace campaña hoy en día en este país», dijo Machado, quien asegura que no puede tomar un avión y le «trancan» las carreteras y que a los hoteles que la hospedan los cierran temporalmente con excusas de temas tributarios.
Machado dice que «al menos 10.000.000 de venezolanos con derecho a votar no van a poder hacerlo el 28 de julio».
«Muchos, porque están afuera y el régimen no les permitió registrarse, por lo menos 4 millones y medio de los venezolanos que están afuera». explica. «Más de medio millón de venezolanos que cumplieron 18 años estando en el exterior y no les permitieron registrarse y otros tantos en Venezuela, jóvenes que quieren participar, que no abrieron el registro o personas que involuntariamente inconsultamente los movió de uno a otro estado del país».
La exaspirante presidencial dice que la convocatoria de la oposición «es algo que yo nunca he visto en mi vida», en relación a la movilización de la gente que acompaña sus visitas a diferentes localidades, incluso aquellas de apoyo histórico al chavismo.
«Yo no sé si afuera se entiende. Para los venezolanos esto va mucho más allá de una lucha electoral o política. Esto ha adquirido una dimensión emocional, existencial y yo te diría hasta espiritual», asegura. «(Es un) sentimiento que ha cohesionado a todo un país, incluyendo a muchas personas que aún formarían parte, digamos, de ese sistema o esas redes del chavismo que se han venido todos a acercar. Porque el anhelo de cambio es total».