El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, urgió este lunes al G20 a avanzar hacia una reforma de la gobernanza global y también a aprobar un impuesto a los supermillonarios, todo en aras de la paz global y la reducción de las desigualdades.
“Nadie está en mejores condiciones que nosotros para cambiar el rumbo de la humanidad”, declaró Lula frente a los líderes de las mayores economías del mundo, al inaugurar la segunda sesión de la cumbre que se celebra en Río de Janeiro y que va a terminar este martes.
Lula, cuyo país concluye con esta cumbre su presidencia del G20, lanzó críticas en su discurso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la “indiferencia” de la mayor parte de la comunidad internacional frente a conflictos anteriores y a los que están en curso actualmente.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro (i), el presidente de Francia, Emmanuel Macron (arriba) y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (abajo), se saludan durante la Cumbre de jefes de Estado del G20. EFE/ Antonio Lacerda
Los pedidos de Lula al G20
“Las omisiones del Consejo de Seguridad son una amenaza a la paz” y “el uso indiscriminado de vetos convierte a ese órgano en rehén de los cinco miembros permanentes”, declaró en alusión a China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido, todos miembros del G20.
“De Irak a Ucrania, de Bosnia a Gaza, se consolida la percepción de que no todo territorio merece tener su integridad respetada y ni toda vida tiene el mismo valor”, declaró Lula, quien también afirmó que “la indiferencia ha relegado a Sudán y Haití al olvido”.
El presidente de Brasil también recordó la crisis financiera de 2008, “cuando se eligió salvar a los bancos y no a las personas”, y “socorrer al sector privado en vez de salvar al Estado”, con lo que “el mundo volvió a crecer, pero la riqueza generada no llegó a los más necesitados” y las desigualdades son aún aún más.
El problema de la desigualdad
“No es sorpresa que la desigualdad fomente odio, extremismo y violencia, ni que tampoco que la democracia esté bajo amenaza”, apuntó el líder de Brasil, para sentenciar que “la globalización neoliberal fracasó”.
En ese marco, Lula abogó también por “revisar reglas financieras que afectan a los países en desarrollo” y por la aprobación de un impuesto universal a los llamados superricos, que la presidencia de Brasil del G20 ha buscado impulsar en los debates del grupo.
Citó “estudios reveladores” auspiciados por la presidencia del G20, según los cuales “un impuesto del 2 % sobre los patrimonios de individuos superricos podría generar 250.000 millones de dólares por año, para ayudar a superar los desafíos sociales de nuestros tiempos”.
“Instituciones más representativas”
Según Lula, para toda esa nueva organización mundial se requiere de “instituciones más representativas”, pues “la pluralidad de voces funciona como vector de equilibrio”.
Agregó también que “el futuro será multipolar”, que “aceptar esa realidad pavimentará el camino hacia la paz” y que, así, “la crisis del multilateralismo” será superada con “más multilateralismo”.
A la cumbre de Río de Janeiro, asisten entre muchos otros los líderes de EE.UU. Joe Biden; China, Xi Jinping; Alemania, Olaf Scholz; Francia, Emmanuel Macron; y España, Pedro Sánchez.
Jefes de Estado durante la Cumbre del G20 que comenzó este lunes en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda
Entre los países latinoamericanos, figuran los presidentes de Argentina, Javier Milei; y México: Claudia Sheinbaum; cuyos países son miembros del G20; y en calidad de invitados están los gobernantes de Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; y Paraguay, Santiago Peña.