Este domingo, las fuerzas de seguridad de Honduras capturaron a Romeo Vásquez, exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, implicado en el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el entonces presidente Manuel Zelaya. Vásquez está acusado de homicidio y lesiones graves, junto a otros altos mandos militares.
Acusaciones contra Romeo Vásquez y otros exoficiales militares
Según un comunicado emitido por el Ministerio Público de Honduras, a Romeo Vásquez se le presentó un requerimiento fiscal por su supuesta responsabilidad en los delitos de homicidio y lesiones graves. Estas acusaciones están relacionadas con los hechos ocurridos durante el golpe de Estado, específicamente contra dos manifestantes, Isis Obed Murillo y Alex Roberto Zavala, quienes eran seguidores de Zelaya.
Vásquez, junto con el exsubjefe de las Fuerzas Armadas, Venancio Cervantes, y el excomandante del Comando de Operaciones Especiales, Carlos Roberto Puerto, enfrenta cargos por estos crímenes, ya que se les señala como responsables directos de la brutal represión contra los manifestantes durante las protestas en contra del golpe.
El ministro de Seguridad de Honduras, Gustavo Sánchez, explicó que las tres detenciones fueron ejecutadas en coordinación con la Policía Nacional y el Ministerio Público en las ciudades de Tegucigalpa y La Paz, ubicadas en la región central del país.
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Los hechos: represión militar y violación de derechos humanos
Según las investigaciones del Ministerio Público, los militares cometieron actos de violencia indiscriminada durante las protestas. En particular, se señaló que Murillo fue asesinado por un proyectil de arma de fuego en la cabeza mientras participaba en una manifestación pacífica cerca del aeropuerto Toncontín, en Tegucigalpa. Por otro lado, Zavala sufrió graves lesiones debido a los disparos realizados por soldados hondureños, quienes utilizaron fusiles de alto poder y calibre (M16) para repeler la protesta.
La investigación considera que las acciones de los militares fueron «brutalmente desproporcionadas» y no constituyeron un acto aislado, sino una serie de crímenes perpetrados bajo órdenes directas de los altos mandos militares, incluido el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez. El Ministerio Público subrayó que estos oficiales no solo incumplieron su deber de supervisar a sus subordinados, sino que, con pleno conocimiento de los hechos, facilitaron estas atrocidades.
Responsabilidad de los exoficiales militares en las violaciones de derechos humanos
El requerimiento fiscal contra los exoficiales subraya que los altos mandos, al no supervisar adecuadamente las acciones de sus subordinados y al permitir que se llevaran a cabo estos crímenes, incurrieron en graves violaciones de los derechos humanos. Los manifestantes fueron dejados a merced de un ejército que actuó con violencia desmedida e inhumana, lo que resultó en la muerte de uno de ellos y lesiones a otro.
El Ministerio Público también enfatizó que la inacción y negligencia de los responsables directos en el operativo fueron factores decisivos en la tragedia que afectó a los manifestantes. A pesar de los hechos evidentes, los responsables no intervinieron para evitar el uso excesivo de la fuerza, lo que agravó las violaciones cometidas.
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Reacciones del exjefe militar Romeo Vásquez
Tras su captura, Romeo Vásquez denunció que estaba siendo víctima de persecución política. A través de un mensaje en la red social X, el exjefe militar expresó: «El Gobierno Comunista me ha capturado injustamente… ¡No lograrán callarme! Nunca di una orden de atentar contra ningún hondureño». Vásquez se ha mantenido firme en su defensa, alegando que sus acciones fueron manipuladas políticamente para desacreditarlo y que su persecución es parte de un intento por silenciarlo.
El contexto del golpe de Estado en Honduras
El golpe de Estado de 2009, que destituyó a Manuel Zelaya, ocurrió en un contexto político tenso. Zelaya promovió una consulta popular para realizar reformas constitucionales a través de la «Cuarta urna», lo que fue visto como una amenaza para los intereses establecidos en el país. La Corte Suprema de Justicia y el Congreso Nacional consideraron que la consulta era ilegal y que Zelaya había violado la constitución. A raíz de ello, un grupo de militares, encabezados por Romeo Vásquez, derrocó al presidente Zelaya y lo exilió en Costa Rica.
Roberto Micheletti, quien era presidente del Congreso en ese momento, asumió el cargo de presidente interino. El golpe fue calificado como una «sustitución constitucional» por el nuevo gobierno, pero fue rechazado por Zelaya y muchos sectores internacionales, que lo consideraron un golpe militar ilegítimo.
Foto: EFE
Impacto y repercusiones del golpe de Estado
El golpe de Estado y las represalias contra los seguidores de Zelaya, como las ocurridas el 28 de junio de 2009, marcaron un antes y un después en la historia política de Honduras. Las acusaciones contra los altos oficiales militares reflejan la violencia que se desató durante ese periodo de tensión política, que dejó un saldo de muertos y heridos entre los manifestantes y seguidores del derrocado presidente.
La captura de Romeo Vásquez y otros exoficiales es un paso importante en la justicia por estos crímenes. A medida que el Ministerio Público continúa investigando los hechos, las autoridades hondureñas buscan reparar, al menos en parte, las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante y después del golpe de Estado.