El opositor venezolano Edmundo González Urrutia entregó al gobierno de Panamá las actas de las elecciones presidenciales en Venezuela, que confirmarían su victoria sobre Nicolás Maduro, dos días antes de la investidura presidencial del actual mandatario. Esta entrega simbólica se realizó en una ceremonia celebrada en la ciudad de Panamá, en la cual González Urrutia firmó un documento oficial con el canciller panameño, Javier Martínez-Acha.
Las actas como símbolo de legitimidad
En su discurso, González Urrutia destacó que las actas entregadas representan “su verdadera banda tricolor presidencial”, haciendo alusión al símbolo de su legítima victoria en las elecciones de julio de 2024, que el régimen de Maduro no ha reconocido. Para el opositor, estas actas son una evidencia palpable de la decisión del pueblo venezolano, que, según él, respalda el cambio que Venezuela necesita.
Las actas entregadas forman parte de un conjunto de documentos que comprueban el resultado de las elecciones, en las cuales la oposición venezolana obtuvo un 85% de las papeletas, de acuerdo con González Urrutia. Estas actas desmienten la versión oficial presentada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el cual afirma que Maduro obtuvo el 52% de los votos, un resultado que la oposición considera fraudulento.
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Las actas electorales como evidencia de fraude
Según el opositor, estos documentos demuestran que él fue el verdadero ganador de las elecciones. Las actas de la verdad, como las denominó, representan la legitimidad de su liderazgo y la voluntad popular de los venezolanos, que rechazan lo que consideran un gobierno ilegítimo.
Durante el acto en Panamá, se exhibieron miles de actas en mesas, lo que subraya la magnitud del apoyo popular que, según González Urrutia, logró en las urnas. Estas actas, que fueron recolectadas por la oposición durante el proceso electoral, han sido parte esencial en la lucha de la oposición por demostrar que el régimen de Maduro no goza del respaldo de la mayoría del pueblo venezolano.
La reacción de la oposición y el apoyo internacional
La líder opositora María Corina Machado, quien se encuentra en clandestinidad debido a las amenazas del régimen chavista, también celebró la entrega de las actas, afirmando que “las actas de la verdad han llegado a Panamá”. Para Machado, este acto representa un lazo histórico indeleble entre los pueblos de Venezuela y Panamá, simbolizando el apoyo internacional hacia la causa opositora.
El acto fue presenciado por una importante delegación internacional, compuesta por seis cancilleres latinoamericanos y una decena de expresidentes, quienes han mostrado su apoyo a la oposición venezolana y han criticado la falta de transparencia en los procesos electorales de Venezuela. Además, González Urrutia se reunió con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, para discutir la situación política de Venezuela y los pasos a seguir en la lucha por el cambio democrático.
Gira internacional de Edmundo González Urrutia
El líder opositor venezolano ha estado llevando a cabo una gira internacional con el objetivo de ganar apoyo en diversos países. Durante su visita a Argentina, Uruguay y Estados Unidos, González Urrutia se reunió con figuras clave de la política mundial, incluyendo Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, miembros del Congreso estadounidense y representantes del equipo del próximo presidente Donald Trump.
Este viaje internacional tiene como fin recaudar apoyo internacional para su causa y consolidar su legitimidad como presidente electo de Venezuela. El acto de entrega de las actas en Panamá refuerza su posición ante la comunidad internacional, mostrando evidencia irrefutable de su victoria electoral.
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El camino hacia el cambio en Venezuela
A pesar de las presiones del régimen chavista, que ha intentado descalificar a la oposición y su lucha por la democracia, los opositores como González Urrutia continúan su batalla por la restauración de la democracia en Venezuela.
El desafío que enfrenta la oposición venezolana sigue siendo enorme, especialmente en un contexto de represión política, violaciones de derechos humanos y un gobierno que no acepta los resultados de las elecciones.