La Fiscalía de El Salvador entregó este miércoles (30.10.2024) a su familia los restos de un joven desaparecido en 2022, que fueron encontrados en una fosa clandestina ubicada en una localidad cercana a San Salvador.
Según la información compartida por la Fiscalía en la red social X (antes Twitter), se trata de los restos de Óscar Alexis Arévalo Rauda, de 19 años, quien desapareció el 7 de enero de 2022. La fuente indicó que, según las investigaciones, «la víctima fue privada de libertad por pandilleros del Barrio 18 en la Residencial Cumbres de San Bartolo», en el central distrito de Tonacatepeque.
La Fiscalía señaló que «los restos del joven fueron exhumados el pasado 24 de septiembre de una fosa clandestina del sector donde ocurrió la desaparición», para luego ser llevados al Instituto de Medicina Legal, «donde se le realizaron los análisis respectivos». La entidad añadió que «los responsables de este crimen ya se encuentran detenidos» y «serán procesados por los delitos de desaparición de personas, homicidio agravado y agrupaciones ilícitas».
Dicha fosa clandestina fue ubicada por las autoridades en los primeros días de octubre de 2024, después de más de dos años del inicio de la llamada «guerra contra las pandillas», implementada por el Gobierno del presidente Nayib Bukele para combatir a las maras. Este cementerio se ubica en las riberas de un cauce que atraviesa la localidad de Tonacatepeque, al fondo de un barranco de unos 25 metros de altura. Se desconoce la cantidad de osamentas que podría contener el lugar.
Este tipo de fosas, que se han contado por decenas en los años más violentos de la historia reciente salvadoreña, han sido sitios de peregrinación de quienes buscan a sus familiares desaparecidos, principalmente las madres.
Desde junio de 2022, la Fiscalía puso en reserva la información sobre las fosas y cementerios clandestinos diseminados en el país centroamericano, datos que antes se proporcionaban abiertamente. Según información obtenida por la agencia EFE antes de esta reserva, sumaban más de 150 cementerios clandestinos de las pandillas encontrados desde 2014, con más de 220 víctimas de la violencia.