El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, renovó este jueves el estado de excepción en varias provincias del país por un periodo de 60 días, en respuesta al creciente problema de inseguridad y violencia que afecta a diferentes regiones. El estado de excepción, una medida utilizada por el gobierno para enfrentar la crisis de seguridad, se aplica en zonas donde la presencia de grupos criminales organizados y los índices de violencia han aumentado considerablemente.
El decreto firmado por Noboa afecta a las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y Sucumbíos, además de algunas localidades específicas, como el Distrito Metropolitano de Quito (provincia de Pichincha), el cantón La Troncal (provincia de Cañar) y el cantón Camilo Ponce Enríquez (provincia de Azuay). Esta medida tiene como objetivo enfrentar la violencia y el crimen organizado que se han intensificado en estos lugares, provocando preocupación entre los ciudadanos y autoridades.
El estado de excepción en Ecuador: una respuesta a la violencia
El decreto que extiende el estado de excepción menciona como justificación el aumento de la violencia, los delitos y la prolongada presencia de grupos armados organizados en las zonas afectadas. La medida busca mejorar la seguridad en estos territorios, donde las autoridades han observado un incremento significativo de hechos delictivos que afectan tanto a la población local como a los migrantes.
Según el decreto presidencial, el despliegue de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional será una de las principales estrategias para combatir la delincuencia en las áreas mencionadas. Esta acción incluye la implementación de medidas restrictivas como la suspensión de ciertos derechos, como la inviolabilidad de domicilio y la restricción de la libertad de tránsito en algunos cantones y parroquias, de acuerdo con las disposiciones del estado de excepción.
Fotografía de archivos en la que se ve a militares en la localidad de Muey, provincia de Santa Elena. (Ecuador). EFE/Jonathan Miranda
Toque de queda en 23 cantones de Ecuador
Además de las restricciones ya mencionadas, el nuevo estado de excepción en Ecuador establece un toque de queda en 23 cantones y parroquias de las provincias afectadas. Este toque de queda estará vigente desde las 10 p.m. hasta las 5 a.m. y afectará a la libre circulación de los habitantes, con excepción de aquellos que trabajen en sectores esenciales como la salud, la seguridad, el transporte público, la logística, las cadenas productivas y los medios de comunicación.
La implementación de esta restricción de movilidad se justifica por la necesidad de reducir los índices de criminalidad durante la noche, cuando los delitos violentos tienden a aumentar. Las autoridades esperan que estas medidas contribuyan a mejorar la seguridad en las zonas más afectadas por la violencia y el crimen organizado.
La recurrencia del estado de excepción en Ecuador
Esta no es la primera vez que el presidente Daniel Noboa declara un estado de excepción en Ecuador. Desde su llegada al poder en noviembre de 2023, el mandatario ha recurrido a esta herramienta legal como parte de su estrategia para combatir la creciente ola de violencia que afecta al país. De hecho, el estado de excepción fue implementado por primera vez en octubre de 2023, cuando se aplicó en las mismas provincias que ahora están bajo esta nueva medida, además de algunos cantones adicionales como Camilo Ponce Enríquez y el Distrito Metropolitano de Quito.
La seguridad se ha convertido en uno de los principales desafíos del gobierno de Noboa, debido al aumento de los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, la expansión de las organizaciones narcotraficantes y la falta de control en algunas áreas del país. El estado de excepción ha sido uno de los mecanismos más utilizados por el presidente para responder a estos problemas y tratar de restaurar el orden en las regiones más afectadas.
EFE/José Jácome
Un año del conflicto armado interno: las consecuencias del decreto de 2024
El 9 de enero de 2024, se cumplirá un año desde que el presidente Noboa declaró la existencia de un conflicto armado interno en Ecuador. Esta declaración fue un paso importante en la estrategia del gobierno para intensificar la lucha contra el crimen organizado y las organizaciones armadas ilegales que operan en el país. En ese momento, Noboa también decidió declarar como «terroristas» a 22 grupos delictivos que se encuentran involucrados en actividades ilícitas como el narcotráfico, el secuestro, la extorsión y el robo de recursos naturales.
El conflicto armado interno ha aumentado la presión sobre las autoridades y ha generado preocupaciones sobre la seguridad en el país, especialmente en las zonas fronterizas y en las grandes ciudades como Guayaquil y Quito. Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los grupos criminales han dejado víctimas y han incrementado la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.
El impacto del estado de excepción en la población ecuatoriana
El estado de excepción, aunque implementado con el objetivo de mejorar la seguridad, ha tenido un impacto significativo en la vida cotidiana de los ciudadanos. Las restricciones a la movilidad, el toque de queda y el aumento de la presencia militar en las calles han alterado la rutina diaria en las provincias afectadas. Para muchas personas, estas medidas son necesarias para enfrentar la ola de violencia, pero también generan incertidumbre y preocupación sobre la duración y la eficacia de las mismas.
El decreto presidencial también ha sido objeto de críticas por parte de algunos sectores sociales y políticos, que consideran que el uso frecuente del estado de excepción refleja la incapacidad del gobierno para abordar las causas subyacentes de la violencia, como la falta de oportunidades económicas, la pobreza y la debilidad de las instituciones de seguridad pública.
Un desafío creciente para el gobierno de Noboa
El presidente Daniel Noboa enfrenta un desafío creciente en su lucha contra la violencia en Ecuador. A pesar de las medidas adoptadas, el crimen organizado sigue siendo una amenaza significativa en varias regiones del país. El gobierno de Noboa ha insistido en la necesidad de implementar estrategias de seguridad más fuertes, pero también ha señalado que se requiere un esfuerzo conjunto con otros sectores del Estado y la sociedad civil para enfrentar la violencia desde sus raíces.
La situación de inseguridad en Ecuador sigue siendo grave, y las autoridades deberán continuar tomando decisiones difíciles para proteger a la población y restablecer el orden en el país. El presidente Noboa ha dejado claro que, aunque las medidas de emergencia como el estado de excepción son necesarias, también se deben implementar reformas estructurales en las fuerzas de seguridad y en la lucha contra la corrupción para lograr una solución a largo plazo.