Eva Cavero y Andrés Izarnótegui, una pareja de turistas peruanos que viajó recientemente a Cuba, denunció haber sido deportados tras grabar videos en las calles de La Habana, para su canal de YouTube.
Los hechos ocurrieron el 19 de septiembre de 2024, cuando los viajeros, con pasaporte de Perú, estaban en La Habana con el objetivo de capturar material audiovisual sobre su experiencia turística en la isla.
«Viajamos a Cuba en calidad de turistas para grabar videos para nuestro canal de YouTube La Blue Kombi. Después de dos días en La Habana, fuimos detenidos por las autoridades migratorias», relatan en un video publicado desde su casa, tras documentarse sobre aspectos legales en torno al acoso que sufrieron en la isla.
Los turistas aseguran que fueron buscados directamente en la habitación de su hotel, de madrugada y trasladados a las oficinas de extranjería en Cuba, donde permanecieron bajo interrogatorio durante 12 horas.
Los agentes que los interrogaron, los acusaban de transmitir una información que afecta la imagen del país en las redes sociales. Les intervinieron los teléfonos móviles, les revisaron las conversaciones en WhatsApp y los amenazaron con llevarlos a prisión por grabar videos sobre el modo de vida de Cuba.
Al finalizar, las autoridades cubanas los deportaron a su país de residencia, Perú. No pudieron ni siquiera ir al hotel a buscar sus pertenencias.
Aunque el video no pretende ser una denuncia formal, Eva y Andrés alertan a otros viajeros sobre la posibilidad de enfrentar este tipo de situaciones de acoso policial en Cuba.
El gobierno cubano en este caso violó varios derechos humanos. Eva y André no tuvieron acceso a un abogado que los respaldara en los interrogatorios, tampoco pudieron comunicarse con sus familiares en el tiempo que estuvieron detenidos.
Las autoridades cubanas no les permitieron a los youtubers entrar en contacto con la Embajada de su país en Cuba y les revisaron toda su información privada al retirarle los teléfonos y cámaras.
«Fuimos víctimas de un régimen que no permite la libertad de expresión en ningún sentido», señalaron, advirtiendo sobre las restricciones que enfrentan los visitantes extranjeros a la hora de documentar su estancia en la isla.
El incidente resalta las dificultades y riesgos asociados a la grabación de material audiovisual en Cuba, donde las autoridades ejercen un estricto control sobre la información que circula tanto dentro como fuera del país.