El candidato del partido Chile Vamos (derecha tradicional) a la alcaldía de Santiago, Mario Desbordes, se impuso este domingo por el 50,6% de los votos a la candidata oficialista y actual alcaldesa, la comunista Irací Hassler, quien obtuvo el 28,5 %, cuando se lleva escrutado más del 50% de los votos.
“Lo que logramos fue convencer a los santiaguinos de que nuestros cambios son reales, son contundentes”, dijo Desbordes a un grupo de periodistas tras la difusión de los resultados.
En Santiago Centro, municipalidad enclavada en la Región Metropolitana del Gran Santiago, ningún alcalde ha logrado ser reelegido desde 1996. Es la alcaldía más simbólica del país y su contienda electoral está considerada “la madre de todas las batallas”, ya que suele predecir lo que ocurre en los comicios presidenciales que se celebran a continuación.
El triunfo de Desbordes, quien fue ministro en el segundo Gobierno del conservador Sebastián Piñera (2018-2022) y precandidato presidencial en las últimas generales, es un golpe para la coalición con la que gobierna el presidente Gabriel Boric, integrada por su partido el Frente Amplio, el Partido Comunista y la centroizquierda.
“Estoy contento y orgulloso. Es un desafío hermoso liderar esta comuna, la capital del Chile”, proclamó Desbordes, quien fue presidente de Renovación Nacional, uno de los tres partidos que forma el bloque conservador Chile Vamos.
Irací Hassler, alcaldesa de Santiago de Chile y candidata a la reelección
La hasta ahora alcaldesa, Irací Hassler, quien en 2021 se convirtió en la primera dirigente comunista en llegar a la alcaldía de Santiago Centro, se ha visto golpeada por la crisis de inseguridad que afecta al país y que se ha recrudecido en la capital en los últimos tiempos.
“Espero que Santiago pueda seguir avanzando en políticas que han sido muy relevantes para nuestra comunidad, que se puedan seguir recuperando todas las casas que han sido tomadas por la delincuencia y el narcotráfico (…) Hoy día hemos puesto cimientos para avanzar hacia una mejor comuna”, declaró Hasler al reconocer su derrota.
Los colegios electorales para las elecciones municipales y regionales de Chile cerraron este domingo a las 18:00 hora local tras dos jornadas de votación, en unos comicios considerados un termómetro de las presidenciales de 2025.
Más de 15,4 millones de chilenos fueron convocados a las urnas para elegir a un total de 345 alcaldes, 16 gobernadores, 2.256 concejales y 302 consejeros regionales en medio de una gran crispación política por distintos escándalos que salpican tanto al oficialismo como a la oposición de derecha.
Se trata de las primeras municipales y regionales realizadas con el nuevo sistema de voto obligatorio, reestablecido en 2022 después de diez años de participación voluntaria, y se espera una participación cercana al 80 %.
Más de 15 millones de chilenos estaban habilitados para estas elecciones con voto obligatorio y que se realizaron en dos días (EFE/ Adriana Thomasa)
El gobierno del progresista Gabriel Boric midió en las urnas su gestión de la crisis de inseguridad intensificada en los últimos meses y de la denuncia por presunta violación contra el ex subsecretario del Interior Manuel Monsalve, hasta la semana pasada uno de los políticos mejor evaluados y cuya renuncia ha abierto fisuras en el oficialismo.
La coalición que gobierna Chile concurrió unida a los comicios y junto a la Democracia Cristiana (DC), que no forma parte del Ejecutivo pero es su aliada en muchas votaciones. La derecha y la extrema derecha, por su parte, concurrió por separado y, según los expertos, la división podía jugarles en contra. La coalición Chile Vamos buscaba contener una posible fuga de votos al ultraderechista Partido Republicano, que partió prácticamente sin cargos y pelea por colocarse como primera fuerza de oposición.