El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia sentenció a seis años y tres meses de cárcel al expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, acusado por el oficialismo de causar daños al Estado con la aprobación de más de un centenar de contratos con petroleras multinacionales sin el aval del Parlamento nacional.
El Ministerio de Justicia celebró en un comunicado difundido este martes (03.12.2024) la «histórica sentencia» emitida en el caso, conocido como ‘Petrocontratos’, que se dictó dentro de un juicio de responsabilidades contra Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003) y tres exministros.
En la imagen, el expresidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada. EFE/Martín Alipaz/Archivo
La institución aseguró que el juicio se efectuó con el propósito de «combatir la impunidad en delitos de corrupción que afectaron gravemente la soberanía, el patrimonio e intereses del país en gestiones pasadas, pretendiendo imponer un modelo neoliberal, esencialmente capitalista y mercantilista en el manejo de la economía».
Además de Sánchez de Lozada, fueron sentenciados a cinco años de cárcel los exministros Jorge Berindoague, Carlos Alberto Contreras y Carlos Alberto López, por los delitos de «conducta antieconómica e incumplimiento de deberes».
Reuters
«Estos delitos se cometieron al suscribir 107 contratos de comercialización, exploración y explotación de hidrocarburos, sin la autorización del entonces Poder Legislativo, en franca violación a la normativa constitucional y legal vigente en el momento de los hechos acusados», mencionó el ministerio.
Inhabilitados para la función pública
El TSJ dispuso que cumplan las penas dispuestas en la cárcel de Chonchocoro, en el Altiplano de La Paz, y también les inhabilitó para ejercer la función pública por cinco años.
El ministerio indicó que el fallo judicial es un «acto de justicia esperado y ansiado» largamente y también «habilita la posibilidad de iniciar el proceso de extradición de los sentenciados», que están fuera del país.
Sánchez de Lozada, de 94 años, vive en Estados Unidos desde 2003, cuando renunció a la Presidencia y salió de Bolivia en medio de la convulsión social conocida como el ‘octubre negro’ que se saldó con más de 60 muertes.