Un avión de la Fuerza Área Boliviana que depende de la Vicepresidencia fue utilizado para llevar autoridades y dirigentes sociales a presenciar las elecciones de Venezuela el pasado 28 de julio. La delegación la encabezó la ministra de la Presidencia, Marianela Prada.
Según la investigación realizada por el periódico El Deber, el avión con matrícula FAB 002, que es de uso exclusivo de la Vicepresidencia, voló en la ruta La Paz – Cobija – Caracas el 27 de julio, un día antes de los comicios. En varias imágenes se observó a dirigentes sindicales afines al Gobierno participando como veedores de las polémicas elecciones que dieron por vencedor a Nicolás Maduro en medio de acusaciones de fraude y falta de transparencia.
El Falcon 50X salió de La Paz el 27 de julio a las 23:15 y tras hacer una escala en la ciudad boliviana de Cobija, llegó a Caracas en la madrugada del 28, según los registros del portal Flightradar. Un día después, el 29 de julio a las 10:41, partió en un vuelo directo hasta la ciudad de La Paz.
En declaraciones a El Deber, funcionarios del Gobierno confirmaron que se utilizó la aeronave y que viajaron algunos dirigentes pero que “no fueron muchos por el espacio limitado” que tenía el avión.
Según reportes de la prensa local, la comitiva boliviana estuvo integrada por 40 personas entre autoridades, exautoridades, legisladores y representantes de movimientos sociales. Guillermina Kuno, dirigente de la organización de mujeres Bartolina Sisa, informó que tanto ella como otras personas, realizaron el viaje por una invitación del Consejo Nacional Electoral de Venezuela.
La visita de organizaciones afines al Gobierno generó polémica cuando se conoció que otros líderes políticos de la región, como el expresidente boliviano Tuto Quiroga, fueron impedidos de llegar a Caracas para presenciar los comicios.
El Gobierno de Bolivia es uno de los pocos que respalda a Nicolás Maduro y valida las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio, que han sido cuestionadas por indicios de fraude electoral por varios organismos y gobiernos.
Luego de que el 22 de agosto el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela emitiera un fallo que dio por válido el triunfo de Maduro, once países de la región (Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay) firmaron un documento en el que rechazan “categóricamente” el anuncio del TSJ.
La sentencia, con la que concluye de manera “inequívoca e irrestricta” la revisión de las elecciones, según dice el texto, se produjo 22 días después de que el propio Nicolás Maduro solicitase este proceso, a través de un recurso de amparo que nunca se conoció y por el que fueron convocados al TSJ los 10 excandidatos presidenciales.
Manifestación en contra de las elecciones venezolanas en L aPaz. Bolivia, el 17 de agosto de 2024. REUTERS/Claudia Morales
El Gobierno de Luis Arce, a diferencia de los líderes de la región, ha manifestado su apoyo al líder chavista. En una cumbre virtual de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), el presidente Luis Arce le expresó directamente su respaldo al “hermano” Nicolás Maduro a quien calificó como “presidente electo de la República Bolivariana de Venezuela”.
Actores de la oposición en Bolivia como los expresidentes Carlos Mesa, Tuto Quiroga y Jeanine Añez, o el gobernador Luis Fernando Camacho, han manifestado su rechazo a las elecciones venezolanas y al gobierno de Maduro con el cual los gobiernos bolivianos del Movimiento Al Socialismo -Evo Morales primero y Luis Arce después- son aliados.