En el mismo salón plenario donde la Asamblea General de la ONU ha votado por el cese de esa política, el presidente colombiano, Gustavo Petro, reiteró la injusticia y el absurdo de su permanencia.
El mandatario sudamericano rechazó la presión de la nación norteña contra “países rebeldes que no encajan en su dominio como Cuba o como Venezuela, porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99 por ciento restante de la humanidad para que dejen seguir dirigiendo el poder del mundo”, afirmó.
Por su parte, el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, consideró injustificable la reinclusión de la mayor de las Antillas en la lista del Departamento de Estado norteamericano de patrocinadores del terrorismo.
“No puede justificarse mantener a Cuba en una lista unilateral de Estados que supuestamente promueven el terrorismo”, denunció.
Los representantes del foro también escucharon al mandatario de Angola, João Lourenço, reclamar el cese del cerco económico contra la isla y de las sanciones contra Zimbabwe, políticas a las que catalogó como injustas e inhumanas.
El dignatario angoleño reiteró la necesidad de poner término a estas medidas que “aumentan el sufrimiento de esos pueblos y obstaculizan sobremanera el desarrollo económico y social de esos países”.
En las últimas tres décadas, la Asamblea General de la ONU ha votado anualmente una resolución presentada por la nación caribeña para exigir el fin de ese asedio y divulgar su excesivo impacto en la economía.
En el más reciente sufragio, celebrado en noviembre de 2023, el texto recibió 187 votos a favor, dos votos en contra (Estados Unidos e Israel) y la abstención de un estado miembro (Ucrania).
La normativa reconoció al bloqueo como el elemento central de la política de los Estados Unidos hacia Cuba por más de seis décadas, con efectos incesantes en el 80 por ciento de la población de la isla, quienes conocen a su país únicamente con bloqueo.