El presidente de Guatemala, el socialdemócrata Bernardo Arévalo, reconoció este viernes (31.05.2024) que algunas zonas de la capital del país centroamericano viven «prisioneras» de las pandillas, al reaccionar a un llamado de Naciones Unidas para que actúe para frenar el reclutamiento de niñas y niños por parte de esas bandas.
«Uno de los problemas centrales que existen, en este sentido, es el abandono de las autoridades públicas y también de las comunidades de esas zonas en donde se está concentrando esta población que vive al margen y prisionera de la actividad de las pandillas», dijo el mandatario en rueda de prensa.
El 30 de mayo, el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño pidió en Ginebra al Gobierno guatemalteco aumentar las medidas de prevención para frenar el reclutamiento de la niñez por parte de pandillas y bandas de narcotraficantes.
«Es una preocupación con la que nosotros nos identificamos plenamente», contestó Arévalo, tras indicar que como parte de la estrategia de seguridad se están diseñando medidas para contener la actividad criminal de las pandillas o maras y tener mayor presencia de las instituciones del Estado en esas zonas.
El Gobierno busca generar «alternativas de vida para que la juventud tenga muchísimas más oportunidades y no caiga prisionera» de esos grupos criminales que se dedican principalmente a la extorsión y al sicariato, aseguró el mandatario.
Las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha se disputan el control de territorios para exigir el pago de extorsiones a transportistas y comerciantes. Quienes se niegan a pagar, son asesinados, según las autoridades.
Guatemala enfrenta una violencia criminal que en 2023 dejó 4.361 homicidios, unos 25 por cada 100.000 habitantes. La mitad de estas muertes violentas son atribuidas al narcotráfico y las pandillas.