Casi siete años después del asesinato de la concejal brasileña Marielle Franco, dos detenidos que reconocieron su participación, el atacante y un cómplice, comienzan a ser juzgados este miércoles (30.10.2024) por un jurado popular en Rio de Janeiro, Brasil.
«Es un momento decisivo para todos los que luchan por la justicia», declaró en un comunicado el Instituto Marielle Franco, una ONG fundada por su familia.
El 14 de marzo de 2018, esta carismática activista por los derechos de los negros y LGBT convertida en concejal de Río fue acribillada a tiros dentro de su vehículo. Tenía 38 años. Su chofer, Anderson Gomes, también murió en el atentado.
El asesinato conmocionó al mundo entero. Rápidamente, las miradas apuntaron al crimen organizado y la posible participación de milicias. Estos grupos parapoliciales siembran el terror en ciertos barrios y se apropian de terrenos públicos para levantar ilegalmente una fortuna inmobiliaria.
Nacida en una favela, Marielle Franco militó durante mucho tiempo contra la violencia policial y por los derechos de los habitantes de los barrios más pobres, en especial de los jóvenes negros, las mujeres y los miembros de la comunidad LGBT. También se enfrentó a la acción de las milicias.
Una manifestación para exigir «justicia» está prevista el miércoles de mañana ante el tribunal con motivo de la apertura del juicio, que podría durar varios días.
El jurado estará formado por 21 ciudadanos comunes, siete de los cuales serán seleccionados el miércoles al azar.
Entre una audiencia y otra, los miembros del jurado permanecerán confinados en las instalaciones del tribunal, sin ningún contacto con el mundo exterior.
La Fiscalía solicitó la pena máxima de 84 años de cárcel para los acusados, Ronnie Lessa y Elcio Queiroz, exmiembros de la Policía Militar de Río. Detenidos en marzo de 2019, un año después del crimen, participarán en el juicio por videoconferencia desde la prisión.
Lessa admitió haber disparado con una ametralladora a Marielle Franco desde un vehículo conducido por Elcio Queiroz, igualmente confeso.
Deben ser escuchados nueve testigos, entre ellos Fernanda Chaves, colaboradora de la concejal, quien también viajaba en el coche pero sobrevivió al ataque.