Desde marzo de 2020, los voluntarios han distribuido alimentos regularmente, con la misión de ayudar a quienes lo necesitan. Valencia Jones, una voluntaria, recordó el primer día de entrega como uno de los más difíciles, cuando descargaron cinco camiones llenos de comida para repartir a las familias.
Cada mes, los voluntarios se reúnen para empaquetar alimentos en el gimnasio de la YMCA, distribuyendo luego las bolsas directamente a los vehículos de las familias. El viernes, durante los Días de Servicio, trabajaron en colaboración con empleados de Chick-fil-A, no solo repartiendo comida, sino también embelleciendo el jardín comunitario.
Para muchos, este esfuerzo tiene un valor personal. Latitia Jackson, miembro de la comunidad, compartió que creció en la YMCA y siempre participa en este proyecto anual. Los voluntarios ven este trabajo como una pasión, enfocada en brindar apoyo a la comunidad.