Una adolescente latina, que estaba embarazada de 38 semanas, cuando fue hallada sin vida en un bosque de Georgia en julio pasado, fue víctima de un homicidio por “asfixia debido a compresión del cuello”, reveló su autopsia, hecha pública esta semana.
La muerte de Mia Campos, de 16 años, fue calificada por la Oficina del Médico Forense del condado de Gwinnett como un homicidio, y un joven hispano con el que se cree que tenía una relación amorosa enfrenta cargos por el crimen.
La familia de la adolescente encontró su cuerpo en la mañana del pasado 15 de julio, en Loganville —una localidad a unas 30 millas de Atlanta— y se puso en contacto con las autoridades.
De acuerdo con sus familiares, Campos había salido de su casa la noche anterior con una persona desconocida. Cuando vieron que no regresaba, usaron una aplicación de rastreo de celulares para dar con su paradero, dijo la policía. La búsqueda condujo al cuerpo.
Dos días después del hallazgo, un joven hispano fue detenido en relación con la muerte de Campos. Jesús Monroy, de 17 años y supuestamente exnovio de la joven, fue detenido a mediados de julio, luego de darle declaraciones falsas a las autoridades que investigan el caso, según afirmaron.
Monroy fue acusado de homicidio doloso, asesinato, feticidio y agresión con agravantes.
“Yo supe ese día que él era culpable”, le dijo a la estación de televisión local 11Alive el padre de la adolescente, Eduardo Campos. El sospechoso, añadió, había ayudado a la familia a buscar a la joven tras su desaparición.
“Ni siquiera lloró por su hijo, así que hasta ese punto es culpable porque no lo quiso desde el principio”, dijo en referencia al bebé que esperaba la adolescente.
La policía cree que Monroy asfixió a Campos luego de pedirle que fuera a verlo, y que luego trasladó su cadáver a la zona boscosa donde fue hallado.
Monroy fue puesto en libertad a finales de agosto luego de pagar una fianza de 50,000 dólares. La noticia sobre la liberación del sospechoso fue un balde de agua fría para la familia de Campos.
“El hijo de esta hermosa joven habría nacido el próximo mes, y ahora tanto la madre como el niño están perdidos. Nos opusimos vehementemente a esta liberación”, declaró la fiscal de distrito Patsy Austin-Gatson, de acuerco con The Atlanta Journal-Constitution.
“Me ha decepcionado mucho. Es una bofetada en mi cara. Son dos vidas perdidas, no sólo una. Si una jueza no puede ver eso entonces no sé qué decir. Si pudiera hablar con mi hija le diría que no se preocupe, que la justicia va a llegar”, dijo a 11Alive Eduardo Campos.
El adolescente, como parte de su acuerdo de liberación, deber permanecer en casa con un monitor de su tobillo, entregó su pasaporte a las autoridades y se le ordenó no tener contacto con posibles testigos del caso.
Monroy es oriundo de Snellville, una localidad a siete millas al este de la zona boscosa donde se encontró el cuerpo de Campos.