El segundo hombre acusado de asesinar a cuatro personas después de una fiesta en el condado de Henry en 2016 fue declarado inocente el lunes.
Matthew Baker, de 26 años, enfrentaba cargos de asesinato con malicia y otros 29 delitos. Tanto él como Jacob Kosky fueron acusados de disparar y matar a Matthew Hicks, de 18 años, Keith Gibson, de 29, Sophia Bullard, de 20, y Destiny Olinger, de 20, en octubre de 2016. Según los investigadores, Kosky y Baker asistieron a una fiesta en la casa donde se encontraban las víctimas. La policía afirma que los acusados se fueron y luego regresaron armados. Posteriormente, Kosky y Baker abrieron fuego. Hicks, Gibson y Bullard murieron en la casa, mientras que Olinger falleció más tarde en el hospital.
Desde el principio, la madre de Baker, Angie Lanier, no creyó en los cargos contra su hijo.
«Ha sido muy difícil», señaló Lanier. «Él simplemente ha mantenido su fe».
«Él decía: ‘No hice nada. No maté a nadie. Soy inocente'», añadió.
Lanier mencionó que los fiscales le ofrecieron a Baker un acuerdo de culpabilidad que lo habría mantenido en prisión durante décadas. «Dijo que están tratando de quitarle toda la vida y que nunca tendría hijos ni nada», mencionó Lanier.
Finalmente, Kosky confesó y afirmó que Baker era inocente. Sin embargo, Baker permaneció encarcelado. «Estuvo encerrado durante 23 horas al día. Solo podía salir una hora», indicó Lanier.
Ahora, su hijo quiere retomar la vida que dejó atrás. «En este momento, solo quiere pasar tiempo con la familia».
Kosky se declaró culpable, pero fue diagnosticado con una enfermedad mental en febrero de 2019. Fue sentenciado a cuatro cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional.