La semana pasada, el Departamento de Correcciones de Georgia confirmó la muerte de dos reclusos bajo custodia en la prisión estatal de Phillips. Brandon Mincey, sentenciado a 10 años por agresión agravada en 2021, y Travon Walthour, quien cumple una pena de 18 años por homicidio involuntario desde 2012, fallecieron el 11 de octubre. Las causas aún no se han revelado, pero sus cuerpos han sido enviados al Laboratorio Criminalístico del Departamento de Investigación de Georgia para realizar autopsias.
No se han dado detalles adicionales debido a que las investigaciones están en curso. Sin embargo, la Coalición de Derechos Humanos y Civiles de Georgia ha informado que ambos hombres fueron presuntamente apuñalados.
Las muertes de Mincey y Walthour se produjeron poco después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitiera un comunicado hacia el Departamento de Prisiones de Georgia. En este, se pidió tomar medidas inmediatas para detener las violaciones de derechos de los presos bajo la Octava Enmienda, denunciando la indiferencia deliberada ante la violencia, el consumo de drogas, la extorsión y el abuso sexual en las cárceles del estado.
Un informe de 93 páginas del Departamento de Justicia, resultado de una investigación estatal de derechos civiles iniciada en 2021, detalla preocupaciones sobre violencia, caos y una «baja dotación de personal» en las prisiones de Georgia. El sistema penitenciario estatal alberga aproximadamente a 50,000 reclusos, y la situación ha generado serias preocupaciones sobre su manejo.