La campaña electoral de la vicepresidenta, Kamala Harris, en el estado de Georgia no está marchando como los demócratas esperaban. Las últimas encuestas indican que la candidata se enfrenta a la pérdida de apoyo entre los votantes negros masculinos, poniendo así en riesgo la victoria en ese estado bisagra crucial para que pueda llegar a la Casa Blanca, donde, en los comicios de 2020, el presidente, Joe Biden, ganó por un margen muy estrecho.
El domingo, Harris, quien cumplía 60 años, hizo campaña en dos iglesias de Atlanta para pedirle a los feligreses negros que “acudan a las urnas”, como parte de la campaña nacional conocida como “almas a las urnas”, la cual es una iniciativa liderada por la Junta Asesora Nacional de Líderes Religiosos Negros. “Después de los servicios, los autobuses llevaron a los fieles directamente a los primeros lugares de votación”, según informó la prensa local. Luego, la vicepresidenta hizo una entrevista con el reverendo Al Sharpton donde fue cuestionada por la posible pérdida del apoyo entre los hombres negros. Harris respondió que había obtenido el apoyo de muchos líderes masculinos negros e hizo hincapié en que “existe una narrativa sobre el tipo de apoyo que estamos recibiendo que simplemente no está en sintonía con la realidad”.
Sin embargo, una encuesta realizada a principios de octubre por el «New York Times» en conjunción con el Siena College indicó que Harris cuenta con “el apoyo de solo el 78% de los votantes negros. Por el contrario, las encuestas a boca de urna de 2020 para la fórmula Biden-Harris estaba respaldada por el 87% de los afroamericanos”. Los afroamericanos representan más del 30% de la demografía del estado. Sin su apoyo, la candidata demócrata no podrá vencer. “Harris no está obteniendo el voto negro que necesita. Todavía no he visto una encuesta que la muestre cerca del percentil 80 superior, que es donde debe estar”, informó el profesor de ciencias políticas Charles Bullock III de la Universidad de Georgia.
No obstante, estos sondeos contradicen a los patrocinados por medios de comunicación que Trump considera van en su contra. Los de la CBS News y YouGov aseguran que Harris cuenta con el respaldo del 87% de los votantes negros; una encuesta de la NBC de principios de mes le da un 84%, y la de la ABC News y la empresa Ipsos la sitúan en un 82%. En cuanto a Georgia, la encuesta de septiembre de «The Atlanta Journal-Constitution» se centró en que Harris estaba perdiendo el voto negro en el estado con solo el 77%, ocho puntos menos que Biden en 2020.
Desde el inicio de la carrera presidencial, Harris ha confiado en la carta racial en estados como Georgia, puesto que ella es la primera mujer negra y surasiática en aspirar al cargo. Una estrategia que, por otro lado, se enfrenta al problema de la misoginia en las comunidades negras, tal y como recordó el expresidente Barack Obama en un mitin reciente en Pittsburgh. “Algunos podrían mostrarse reacios a votar por una mujer para la presidencia”, aseguró. En el estado, históricamente, los votantes negros han sido un bloque de apoyo confiable para los demócratas, pero según diversos analistas se están produciendo grietas en la lealtad de los votantes afroamericanos.
Harris sigue teniendo el apoyo de las mujeres negras, las cuales fueron fundamentales para la anterior victoria de Biden. Sin embargo, los análisis indican que los varones negros han perdido parte de su confianza en el partido demócrata y su liderazgo. Esta desilusión tiene varias causas. Según diversos estudios, muchos sienten que sus oportunidades económicas, la reforma de la justicia penal, el desempleo y el acceso a la educación no han sido abordadas adecuadamente por el liderazgo demócrata.
El candidato republicano, Donald Trump, ha dicho en numerables ocasiones que estas serán “unas elecciones sobre economía”. Y eso es lo que, precisamente, está pasando en Georgia. Los desafíos económicos están en el centro de la insatisfacción de muchos votantes negros masculinos. La inseguridad laboral, el estancamiento salarial y la movilidad limitada son sus preocupaciones principales. Asimismo, consideran que las iniciativas como la expansión del acceso a la atención médica asequible y la inversión en infraestructura llevadas a cabo por la administración de Biden-Harris no son suficientes.
Por otro lado, parte del electorado negro masculino cree que el Partido Demócrata está demasiado enfocado en temas culturales y sociales, el conocido como movimiento Woke, en vez de centrarse en soluciones específicas para sus problemas diarios. Mientras, los republicanos de Trump han llevado a cabo campañas dirigidas a ese sentimiento prometiendo enfatizar el empoderamiento económico, el apoyo a las pequeñas empresas y llevar a cabo un enfoque en la ley y el orden. Estos mensajes, en ocasiones populistas y simplistas, han conseguido resonar entre los hombres negros jóvenes y de clase trabajadora que, en muchos casos, todavía no se han recuperado de la debacle económica que supuso la pandemia de la covid-19.
Más aún, la campaña trumpista ha sabido capitalizar el pasado de Harris, quien, cuando era fiscal general de California, ensalzó diversas políticas relacionadas con el aumento de la criminalidad que afectaron desproporcionadamente a los hombres negros. Aunque desde entonces ha apoyado la reforma de la justicia penal, estas le están pasando factura entre los votantes. El mes pasado, durante una entrevista con la Asociación Nacional de Periodistas Negros, la demócrata aseguró que “no espero ningún apoyo intrínseco de los hombres negros”, quienes “son como cualquier otro grupo de votantes: hay que ganarse su voto”. Por ello, Harris explicó que estaba “trabajando para ganármelo, no asumiendo que lo voy a tener porque soy negra”.
La candidata demócrata tiene dos semanas para revertir la situación. La participación de los votantes negros varones es esencial para su éxito. Ser una pionera y un símbolo de progreso no será suficiente, por lo que espera que su nuevo plan para los hombres negros detenga la sangría de votos en Georgia. La estrategia se basa en prometer un impulso económico con préstamos que se pueden condonar para algunas empresas, aumentar el número de maestros negros, así como crear una iniciativa nacional para financiar mejor los esfuerzos para detectar, investigar y combatir problemas de salud que afectan desproporcionadamente a los hombres negros. Por ello, hay quien mantiene la esperanza. “Creo que debido a que Harris es un gran defensora del pueblo, no importará dónde esté perdiendo votos. Ella quiere llegar a todos porque será presidenta para todos y cada uno de los estadounidenses”, informó Devin Pandy, presidente del comité demócrata del georgiano condado de Hall.