El hombre acusado de matar a la estudiante de enfermería Laken Riley a principios de este año “salió a cazar hembras” el día en que fue asesinada en Georgia, dijeron los fiscales a un juez el viernes en el primer día del juicio de José Antonio Ibarra.
“Cuando Laken Riley se negó a ser su víctima de violación, le golpeó repetidamente el cráneo con una piedra”, dijo la fiscal Sheila Ross en su declaración de apertura.
El médico forense determinó que Riley murió a causa de un traumatismo por objeto contundente y asfixia, y que presentaba una fractura compleja de cráneo y otras ocho laceraciones en el lado izquierdo de la cabeza.
Laken Riley. Crédito: Riley family
El asesinato de Riley se convirtió en un punto álgido del debate sobre la inmigración. Ibarra, de 26 años, es un ciudadano venezolano que entró ilegalmente en Estados Unidos en 2022, según las autoridades. Los republicanos, incluido Donald Trump, que se reunió con los padres de Riley antes de un mitin de campaña en marzo, han utilizado el caso para pedir políticas fronterizas más estrictas.
Ross dijo que las pruebas forenses, digitales y de video de la fiscalía “apuntarán a una persona, José Ibarra, como el asesino de Laken Riley”.
“Las pruebas demostrarán que Laken luchó: luchó por su vida. Luchó por su dignidad y en esa lucha hizo que este acusado dejara pruebas forenses”, dijo Ross.
Ibarra se enfrenta a múltiples cargos, entre ellos tres delitos de asesinato con alevosía, secuestro con lesiones corporales, y agresión con agravantes con intención de violación Se le acusa de abordar a Riley mientras salía a correr la mañana del 22 de febrero. La encontraron muerta ese mismo día en una zona boscosa del campus de la Universidad de Georgia, en Athens, después de que sus compañeras de apartamento llamaran a la policía al ver que no regresaba a casa. Las tres compañeras de Riley testificaron el viernes.
Ibarra ha renunciado a su derecho a un juicio con jurado. El juez del Tribunal Superior del condado de Athens-Clarke, H. Patrick Haggard, examinará las pruebas y decidirá si Ibarra es culpable.
La acusación pide cadena perpetua sin libertad condicional.
Ross dijo al juez el viernes que los fiscales demostrarían que el ADN de Ibarra se encontró debajo de las uñas de Riley y que la huella de su pulgar se encontró en su iPhone.
Dijo que la policía también encontró una chaqueta en un contenedor de basura cerca de donde vivía Ibarra y se determinó que tanto la sangre de Ibarra como la de Riley estaban en ella. La sangre de Riley también se encontró en los guantes negros encontrados cerca de la casa de Ibarra.
Los abogados defensores de Ibarra calificaron las pruebas en su contra de circunstanciales.
“La evidencia de que José Ibarra mató a alguien es circunstancial”, dijo el abogado defensor Dustin Kirby, añadiendo que la evidencia “que vincula a Ibarra con ese evento, falta” después de una inspección más cercana.
Kirby dijo que no hay pruebas suficientes para demostrar más allá de toda duda razonable que Ibarra es culpable de los delitos que se le imputan.
La primera testigo llamada a declarar el viernes fue Lilly Steiner, una de las compañeras de piso de Riley en esa época. Dijo que ella, Riley y sus otras dos compañeras eran “como una pequeña familia, y nos llamábamos familia. Lo hacíamos todo juntas”.
“Laken trajo una sensación de alegría a todas nuestras vidas que nos ha faltado desde entonces”, dijo.
Steiner, de 22 años, declaró que las cuatro compañeras de piso utilizaban una aplicación en sus teléfonos para compartir sus ubicaciones entre ellas y dijo que se preocupó esa mañana cuando la ubicación de Riley no se había movido del mismo lugar en el sendero para correr que ella frecuentaba.
Dijo que tras enviar un mensaje de texto a Riley y no obtener respuesta, escribió en un mensaje de grupo con otra compañera de piso que Riley “llevaba un rato en el bosque”.
Testificó que ella y otra compañera fueron a la pista de atletismo para intentar encontrar a Riley, pero solo localizaron uno de sus AirPods. Las jóvenes regresaron a casa y llamaron a la policía, algo que no pudieron hacer desde el sendero debido a un corte de servicio de AT&T ese día.
El agente que encontró el cuerpo de Riley también testificó el viernes.
El sargento Kenneth Maxwell dijo que la camiseta de Riley estaba levantada de una forma que “parecía más intencional, como si alguien hubiera intentado quitarle la parte de arriba o tal vez la hubiera utilizado para arrastrarla”.
La fiscalía reprodujo un vídeo en el que Maxwell intentaba continuamente practicarle reanimación cardiopulmonar a Riley después de encontrar su cuerpo y dar aviso de su hallazgo.
Antes, la policía dijo que no había indicios de que el sospechoso conociera a la víctima y que Ibarra no tenía un amplio historial delictivo.
El asesinato de Riley y la detención de Ibarra desencadenaron una tormenta política en la que los republicanos, incluido Donald Trump, citaron la muerte de la joven para exigir políticas fronterizas más duras.
Jason Riley, padre de la joven, dijo en marzo a la cadena NBC News que sentía que el estatus migratorio del sospechoso distrajo la atención sobre quién era su hija y que temía que su asesinato estuviese siendo explotado como un tema político de cara a las elecciones presidenciales.
“Creo que está siendo politizado para conseguir votos”, aseguró. “Me molesta. Siento que solo están usando el nombre de mi hija para eso y ella era más y debería ser recordada por la persona que es. Era un ángel”.
“Tenía solo 22 años y tenía mucho por dar al mundo”, continuó. “Si todos pudieran vivir como Laken, el mundo sería un mejor lugar”.
