Las familias de las víctimas del tiroteo en una fiesta en Mechanicsville el pasado fin de semana están indignadas por la creciente violencia en la comunidad. Mawuli Davi, abogado y organizador comunitario, describió el evento como una reunión familiar con barbacoa y juegos, en la que había niños presentes, lo que hace que la tragedia sea aún más impactante.
Tabatha Colzie está devastada por la situación de su hija de 29 años, quien lucha por su vida en el Hospital Grady tras recibir un disparo en la cabeza. Colzie destacó que su hija, una mujer orientada a su carrera, tenía grandes sueños y era una persona amable que nunca molestaba a nadie. Esta tragedia le ha arrebatado todas sus oportunidades.
Las familias afectadas, junto con líderes comunitarios, exigen justicia inmediata y sentencias para los responsables del tiroteo. Instan a las autoridades a realizar arrestos lo antes posible y a que la comunidad colabore para garantizar que la violencia no quede impune.
Lenny Black, cuyo nieto también fue herido en el tiroteo, enfatizó la importancia de que los miembros de la comunidad se unan para recuperar las calles y proteger su entorno. Organizaciones comunitarias, junto con la policía de Atlanta, subrayan la gravedad del tiroteo, especialmente dado que los oficiales estaban presentes en la fiesta. Derek Boazman, otro organizador, urgió a los líderes de la ciudad a tomar medidas más contundentes.