La serie “Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez” es la nueva entrega de la antología de crímenes reales de Netflix creada por Ryan Murphy e Ian Brennan. Esta segunda temporada sigue la misma línea que su predecesora, “Monstruos: La Historia de Jeffrey Dahmer”, pero se distancia de los aspectos más oscuros y brutales del caso de Dahmer. En cambio, se centra en el complejo y perturbador caso de los hermanos Menendez, quienes fueron condenados por el asesinato de sus padres en 1996. Aunque la historia de los Menendez no es tan gráfica como la de Dahmer, su intrincada dinámica familiar y el motivo detrás del crimen ofrecen una fascinante narrativa que desafía la percepción de quiénes son los verdaderos “monstruos” en esta tragedia familiar.
Lo destacable
Una de las fortalezas más notables de “Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez” es su elenco. Cooper Koch interpreta a Erik Menendez, mientras que Nicholas Alexander Chavez da vida a Lyle Menendez. Ambos actores logran capturar la dualidad de sus personajes, quienes son presentados tanto como víctimas como perpetradores. La interpretación de Koch, en particular, destaca por su retrato de Erik como el hermano más frágil y emocionalmente vulnerable, en contraste con la personalidad más dura y dominante de Lyle.
Por otro lado, los papeles de los padres, José y Kitty Menendez, interpretados por Javier Bardem y Chloë Sevigny, añaden una capa adicional de complejidad. Bardem encarna a un José Menendez autoritario y despiadado, cuya ira apenas contenida parece siempre a punto de estallar. Sevigny, por su parte, ofrece una interpretación más sutil, pero igualmente perturbadora, como Kitty, una madre atrapada en su propia tormenta de problemas emocionales. Las escenas en las que Bardem y Sevigny comparten pantalla con Koch y Chavez están cargadas de tensión, creando una atmósfera sofocante que ilustra perfectamente la dinámica disfuncional de la familia Menendez.
Uno de los aspectos más intrigantes de esta temporada es cómo trata el tema de la culpa y la inocencia. La serie no se conforma con retratar a los hermanos Menendez como simples criminales motivados por la codicia. En su lugar, plantea preguntas más profundas sobre las consecuencias del abuso y cómo este puede llevar a decisiones desesperadas.
A lo largo de los episodios, se muestra cómo los hermanos sufrieron bajo el control de sus padres. La violencia emocional y física a la que fueron sometidos, según sus testimonios, creó una atmósfera de terror dentro del hogar Menendez. Sin embargo, también se muestra el lado más oscuro de los hermanos después del asesinato, con escenas que ilustran su extravagante estilo de vida tras la muerte de sus padres, incluyendo compras excesivas de objetos de lujo, lo que generó dudas sobre sus verdaderos motivos.
Lo cuestionable
Este enfoque ambiguo hace que la serie sea una experiencia más rica y compleja, ya que obliga a la audiencia a cuestionarse constantemente sobre la moralidad de las acciones de los hermanos. ¿Fueron víctimas que simplemente actuaron en defensa propia, o fueron manipuladores que utilizaron el trauma como excusa para justificar su crimen?
“Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez” cuenta con la dirección de Paris Barclay, Carl Franklin, Michael Uppendahl y Max Winkler, quienes logran crear un ambiente visual que refleja la riqueza y el poder de la familia Menendez, al tiempo que destacan la oscuridad que se oculta detrás de esa fachada de lujo. El uso de colores oscuros y tomas cerradas en las escenas familiares intensifica la sensación de claustrofobia y tensión, haciéndonos sentir como si estuviéramos atrapados en la misma pesadilla emocional que los personajes.
La serie también se deleita en recrear los excesos de los años 80, con secuencias de compras de lujo y vida ostentosa que subrayan la distancia entre la apariencia pública de la familia y la disfunción privada que los consumía. Estos contrastes estilísticos son efectivos para mantener el interés del espectador, incluso cuando la trama se adentra en los aspectos más lentos del juicio.
Una de las preguntas que persisten a lo largo de la serie es quiénes son los verdaderos monstruos en esta historia. Los hermanos Menendez, quienes cometieron un acto de violencia inimaginable, o sus padres, que supuestamente los sometieron a años de abuso y control emocional. La serie no ofrece respuestas fáciles, y deja que sea la audiencia quien decida, lo que la convierte en una experiencia más provocativa y significativa.
“Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez” no es simplemente un relato de asesinato y juicio; es una exploración de la disfunción familiar, el trauma y las complejidades de la justicia. Si bien puede que no tenga el impacto visceral de la primera temporada de la antología, sigue siendo una narración fascinante que obliga al espectador a enfrentarse a las realidades más oscuras de la vida familiar y el precio del poder y la riqueza.
(Foto: Netflix)
¿Sabías qué?
- El actor de 25 años en su primer gran papel interpreta a Lyle, el mayor de los hermanos.
- El otro de los hermanos Menéndez es interpretado por este actor de 28 años.
- El actor español ganador del Oscar le da vida al papá de Lyle y Erik Menéndez.
- La ganadora del Globo de Oro y nominada al Oscar interpreta a la matriarca de la familia Menéndez.
- El ganador del Emmy a quien seguro recuerdas por Modern Family interpreta a un periodista de investigación que sigue de cerca el caso.
Reseña
La Visión Recomienda: 'Monstruos, la historia de Lyle y Erik Menendez'
La historia sigue a Lyle y Erik Menéndez, dos hermanos que asesinaron a sus padres en su hogar de Beverly Hill en 1989. Durante sus juicios, donde obtuvieron mucha fama, los hermanos alegaron que sufrieron abuso durante muchos años y por eso decidieron terminar con la vida de sus padres.
PROS
- Actuación
- Ambientación
Review Breakdown
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Actuación
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Ambientación