Un lugar en silencio: Día uno se parece mucho a los denominados blockbusters de los años ’80, trasladando las acciones a la isla de Manhattan, y con un presupuesto que cuadriplica el de la película original, la sorprendente Un lugar en silencio, de 2018. Hay más alienígenas, que escalan edificios, y como están en Nueva York y no en una granja como en la original y su secuela, hay muchas, muchísimas más muertes.
Las dos primeras películas habían sido dirigidas por John Krasinski, el actor de The Office y Amigos imaginarios, explorando un mundo post-apocalíptico en el que extraterrestres ciegos, pero con un sentido auditivo muy, pero muy fino, atacaban a todo aquello que emitiera un sonido, sea un humano o un vehículo.
De allí el título: había que mantenerse en silencio para no llamar la atención de los alienígenas, que eran mostrados en cuentagotas en la primera película.
Lo destacable
Una de las muchas virtudes de Un lugar en silencio fue la decisión consciente de mantener en un principio la mayor parte del tiempo fuera de campo a los espantosos monstruos que destruyen en segundos cualquier vestigio de existencia humana.
La idea estaba clara en la cabeza de John Krasinski cuando se conoció en 2018 el primer capítulo de esta atrayente fábula posapocalíptica. Supimos desde el vamos que no quedaba otra opción para sobrevivir a una devastadora invasión alienígena que permanecer callado y evitar el más mínimo ruido. Y que de esa situación surgía antes que nada una representación muy precisa de los miedos más profundos del ser humano.
Esa amenaza no tenía en un comienzo contornos certeros, solo la imagen de un instante letal que llega sin aviso, fugaz y casi imperceptible. De a poco empezó a adquirir su espeluznante configuración, como una suerte de versión actualizada de la clásica fábula de La guerra de los mundos. Esta precuela, que podría entenderse como inevitable después de la notable repercusión del díptico inicial, completa ese recorrido en un viaje al principio de todo, en el mismo momento en que la normalidad del planeta llega a su fin en el mismo momento en que comienza el ataque.
John Krasinski, el artífice de las dos películas previas, deja este tercer episodio (en rigor el primero en términos cronológicos) en manos de un director muy competente, Michael Sarnoski, cuyo mejor antecedente es la excelente Pig, con Nicolas Cage, que comparte con este relato la búsqueda y la afirmación de rasgos genuinos y muy profundos de humanidad en medio de entornos hostiles.
Sarnoski, que escribió esta precuela junto a Krasinski, tiene una mirada que le da continuidad al tono que siempre predominó en Un lugar en silencio. En este prólogo no sabemos nada de la familia Abbott, cuya firmeza y resistencia como tal frente a un peligro latente en todas partes definió el sentido de las dos primeras películas. Pero ese instinto protector perdura en este nuevo capítulo. Ahora queda a cargo de dos extraños forzados a enfrentar juntos la inconcebible adversidad: la neoyorquina Samira, una joven enferma de cáncer en fase de cuidados paliativos (Lupita Nyong’o, lejos de cualquier búsqueda de compasión) y el británico Eric, estudiante avanzado de Derecho (Joseph Quinn, el Eddie Munson de Stranger Things).
El modo en que Sarnoski imagina la destrucción de Nueva York y la desesperada búsqueda de salvación que expresan estos dos seres dispuestos a sobrevivir se hace todavía más interesante si tenemos en cuenta todo lo ocurrido desde que se conoció la segunda parte de Un lugar en silencio. La imagen inicial de una Manhattan (más precisamente el concurridísimo Barrio Chino) llena de movimiento y agitación urbana contrasta con un escenario postinvasión de calles vacías y casi nulos indicios de movimiento humano que inmediatamente asociamos a los tiempos de pandemia.
Lo cuestionable
De todas maneras, uno podía imaginar que Día uno iba a explicar más sobre los alienígenas, su comportamiento o de dónde provienen. Bueno, si no hay otra precuela, no nos enteraremos, porque aquí, simplemente se muestra su llegada, como si fueran meteoritos.
Pero hay suspenso, escenas de devastación y primeros planos de estos cuadrúpedos que llegaron para quedarse y formar una saga de terror con cuerda para rato.
¿Sabías qué?
- Frodo es la estrella gatuna de ‘Un lugar en silencio: Día uno’. Precisamente, el cineasta reveló que Frodo fue interpretado por dos gatos: Schnitzel y Nico. El primero posee una cuenta en Instagram donde se le ve en diversos ángulos, además de otras fotos donde aparece con Lupita Nyong’o y Joseph Quinn.
- Y no, no hay escena postcréditos.
Ficha Técnica
Título original: A Quiet Place: Day One
Año: 2024
País: EE.UU.
Dirección: Michael Sarnoski
Duración: 1h 39min
Reseña
La Visión Recomienda: El terror de "Un lugar en silencio: Día Uno"
Una mujer trata de sobrevivir durante un ataque alienígena en la ciudad de Nueva York. Tras unirse a una comunidad de supervivientes, el grupo se da cuenta de que deben mantenerse totalmente en silencio, dado que los cazan cuando emiten ruidos.
PROS
- Trama
- Actuación
- Escenografía
Review Breakdown
-
Trama
-
Actuación
-
Escenografía