Pete Docter, el director creativo de Pixar, compartió recientemente que su estudio no tiene en ruta la idea de reversionar sus clásicos animados con actores de carne y hueso como lo han hecho otras compañías.
La conversación surgió a raíz de una campaña viral de fans que pedían una versión en live-action de Ratatouille protagonizada por Josh O’Connor, conocido por su interpretación en The Crown. A pesar del entusiasmo en redes sociales, Docter fue tajante al descartar la idea.
“No, y esto podría afectarme negativamente al decirlo, pero me molesta un poco”, afirmó el director creativo en una entrevista con TIME. “Me gusta hacer películas originales y únicas. Hacer un remake no me resulta atractivo personalmente”
Para el ejecutivo, hay ideas que no se pueden adaptar a versiones de acción real y, de lograrlo, la esencia de la narrativa se pierde.
“Hacer una película en live-action sobre una rata sería complicado”, explicó. “Mucho de lo que creamos solo funciona por las reglas del mundo [animado]. Si tienes a un humano entrando en una casa que flota, tu mente piensa, ‘Espera un momento, ¿cómo es posible que las casas puedan flotar con globos?’ Pero si es un personaje de caricatura, lo aceptas. Los mundos que hemos construido no se traducen de manera sencilla”.
La postura contraria parece ser defendida por Disney, la casa matriz de Pixar, que ha producido más de 20 remakes en live-action de sus largometrajes animados más exitosos desde los años 90. Títulos como La Sirenita, La Bella y la Bestia, Aladino, La Cenicienta y otros cuentos de hadas, llegaron a la pantalla grande con nuevas versiones que generaron entre elogios y críticas.
En la acera opuesta, Pixar no ha seguido esa ruta. Su producción continúa orientada a las historias originales y a las secuelas. De hecho, Docter mencionó que su estrategia ideal es encontrar el equilibro entre esos dos contenidos.
“Es difícil. Todo el mundo dice, ‘¿Por qué no hacen cosas más originales?’ Y luego, cuando lo hacemos, la gente no va a verlas porque no las conoce”, argumentó Docter. “Con las secuelas, la gente piensa, ‘Oh, he visto eso. Sé que me gusta.’ Las secuelas son muy valiosas de esa manera”.
Pero generar películas que continúen y reproduzcan la misma emoción de sus predecesoras no es tan sencillo como parece. “Por otro lado, son casi más difíciles que las originales porque no podemos repetir la misma idea nuevamente. Tenemos que desarrollarlas de maneras que la gente no lo vea venir”, afirmó.
Una de esas secuelas en camino es Intensamente 2 (Inside-Out 2), dirigida por Kelsey Mann. El ejecutivo confiesa que el desempeño del filme será crucial para determinar los próximos pasos de Pixar. “Si no le va bien, creo que tendremos que repensar radicalmente cómo manejamos nuestro negocio”.
Intensamente 2 regresa con una nueva etapa en la vida de Riley Andersen, ahora con 13 años y enfrentando la complicada fase de la adolescencia. La película sigue a la joven mientras inicia la secundaria, donde se encuentra con nuevas personas y situaciones que ponen a prueba su mundo emocional. Asimismo, la llegada de más emociones al Cuartel Central, reflejará en pantalla grande los conflictos internos que deberá superar en camino hacia la madurez.
Además de Alegría, Tristeza, Furia, Temor y Desagrado, el filme de Pixar introduce a Ansiedad, interpretada por Maya Hawke, Envidia, por Ayo Edebiri, Aburrimiento por Adèle Exarchopoulos y Vergüenza, por Paul Walter Houser. La película está en cines desde el jueves 13 de junio.