La película I’m Still Here (Ainda Estou Aqui) no solo representa una deuda histórica, sino también un reencuentro personal para el director Walter Salles. Este filme, nominado a dos Golden Globes 2025 en las categorías de Mejor Película en Lengua Extranjera y Mejor Actriz, revive un capítulo oscuro de la historia de Brasil, haciendo homenaje a Eunice Paiva, una madre que luchó contra la dictadura militar que asoló el país en los años 70. La cinta se estrena en Estados Unidos el 17 de enero, y ya genera gran expectación por su relato conmovedor y su gran valor histórico.
La historia de Eunice Paiva: Un reflejo de la resistencia
La trama de I’m Still Here se basa en hechos reales. La protagonista, Eunice Paiva, madre de familia de Río de Janeiro, tuvo que enfrentarse a la desaparición de su esposo, Rubens Paiva, un excongresista y ingeniero civil, quien fue secuestrado y desaparecido por el régimen militar brasileño. Esta tragedia personal impulsó a Eunice a luchar contra un sistema represivo que, en muchos aspectos, aún permanece en la memoria colectiva del país.
A pesar de la trayectoria de Salles, quien ha mostrado un fuerte interés por los temas sociales en sus películas, I’m Still Here marca un giro hacia una historia que el director había postergado durante años. En el pasado, Salles exploró otros aspectos de la historia y la política latinoamericana en filmes como Diarios de motocicleta (2004), que retrata los viajes de un joven Che Guevara por América Latina. Sin embargo, nunca había abordado directamente la violencia y represión de la dictadura brasileña, un período oscuro que dejó huellas profundas en las víctimas y sus familias.
Salles dirige una escena en el cuarto de detención. (lais Catalano Aranha)
La influencia del contexto político actual
La preparación de I’m Still Here coincidió con la presidencia de Jair Bolsonaro, un exmilitar que simpatizaba con la dictadura y cuyas políticas de ultraderecha revivieron tensiones sociales en Brasil. Esto hizo que la película cobrara una urgencia inesperada, ya que, según el propio Walter Salles, la situación política de su país reflejaba de manera inquietante la violencia de la época que se narra en la película.
Salles reconoció que la idea inicial de la película era ofrecer una reflexión sobre el pasado para comprender mejor la transición hacia la democracia. Sin embargo, con el auge de la extrema derecha y el ascenso de figuras como Bolsonaro, la película adquirió una relevancia mucho más inmediata. «Nos dimos cuenta de que estábamos haciendo una película sobre nuestro presente», afirmó Salles, subrayando la conexión entre los momentos de represión en la dictadura y la política contemporánea.
La interpretación de Fernanda Torres como Eunice
El desafío interpretativo para la actriz Fernanda Torres fue considerable. Interpretar a Eunice Paiva no solo exigió un esfuerzo físico y emocional, sino también una comprensión profunda de la dignidad y resistencia que caracterizaban a la madre de Rubens Paiva. Torres, quien ya había trabajado con Salles en películas anteriores, se adentró en el personaje con seriedad, sumergiéndose en entrevistas y documentos de la época. El proceso también la llevó a revivir la historia personal de Eunice, quien enfrentó no solo la pérdida de su esposo, sino también la tragedia de un hijo tetrapléjico tras un accidente.
Torres destacó la valentía de Eunice, quien nunca se presentó como víctima, sino como una mujer fuerte que luchó por la justicia y la memoria. «Para mí, fue como interpretar a un personaje clásico de la tragedia griega», comentó la actriz, señalando la complejidad emocional del papel.
La relevancia internacional de la película
I’m Still Here ha captado la atención no solo en Brasil, sino también a nivel internacional. Tras su estreno en el país sudamericano, la película ha recibido críticas muy positivas y se perfila como una de las grandes favoritas en la categoría de Mejor Película Internacional para los próximos Premios Oscar. Además, la participación de Fernanda Torres, nominada a Mejor Actriz en los Globos de Oro, ha generado una gran expectativa sobre la posibilidad de que la película obtenga más reconocimientos.
El propio Salles, que ya había hecho historia al ser el primer brasileño en ganar un Globo de Oro por Central Station (1998), ve en la película una oportunidad para llevar una historia tan relevante a un público más amplio. «Cuando una historia es importante para ti, quieres darle la mejor oportunidad posible», comentó el director.
Una tensa escena de la cinta. (Sony Pictures Classics)
Un mensaje de resistencia en tiempos oscuros
El contexto histórico y político de I’m Still Here lo convierte en un filme profundamente necesario en tiempos de polarización y conflictos políticos. En un mundo donde las democracias son cada vez más vulnerables y el auge de movimientos de extrema derecha pone en peligro los avances en derechos humanos, la película de Walter Salles se erige como un recordatorio de las lecciones que la historia no debe olvidar. La historia de Eunice Paiva, su lucha por la justicia y la memoria, se convierte en una poderosa lección para las nuevas generaciones que aún deben enfrentar las sombras de un pasado violento.
Además de su valor histórico y político, la película se distingue por su estética, que utiliza elementos visuales y musicales para crear una atmósfera única. Las canciones del movimiento Tropicália, un hito cultural de los años 60 en Brasil, juegan un papel crucial en la narración, aportando tanto a la reconstrucción de la época como a la vitalidad que define a la resistencia popular.
La importancia de la memoria colectiva
La película I’m Still Here es un claro ejemplo de cómo el cine puede ser un instrumento poderoso contra el olvido. En palabras de Walter Salles, el cine tiene la capacidad de «rescatar la memoria de un pueblo» y servir como una herramienta para «evitar que los crímenes del pasado se repitan». La historia de Eunice Paiva y su valentía frente a la dictadura brasileña, sumada a las lecciones que hoy nos ofrece sobre la fragilidad de la democracia, es un legado que debe ser recordado, especialmente en un momento donde las amenazas a la libertad siguen siendo una realidad en muchas partes del mundo.
La cinta tiene momentos luminosos dentro de la oscuridad. (Sony Pictures Classics)
La película como un reflejo del presente
Por encima de todo, I’m Still Here no solo es una mirada al pasado, sino una reflexión sobre el presente. Como afirmó el director, «el auge de la extrema derecha no se limitó a Brasil, sino que es un fenómeno global que habla de la fragilidad de la democracia». De esta manera, la película se convierte en un llamado urgente a la acción y a la reflexión, recordándonos que la historia no solo debe ser preservada, sino también comprendida y analizada para evitar que los errores del pasado se repitan.
Este es un filme que va más allá de una simple narrativa histórica: es un testimonio de resistencia, una denuncia contra la impunidad y una celebración del coraje humano frente a la adversidad. Sin duda, I’m Still Here dejará una huella profunda en todos quienes se acerquen a él, reafirmando el compromiso de Walter Salles con las historias que importan y el poder transformador del cine.