La seducción es un arte, y Usher Raymond IV lo domina con maestría. A lo largo de sus 30 años de carrera, el artista perfeccionó una filosofía que mezcla la elegancia clásica del R&B (Rhythm and Blues) con su presencia magnética. Desde sus primeros pasos, entendió que la seducción va mucho más allá del físico: es un acto de atención y tacto, como él mismo describe en una conversación con Jazmine Hughes para New York Magazine.
Para Usher, hacer feliz a una mujer tiene dos pilares: ofrecerle atención indivisa y contacto físico. “En el escenario, si te acercas a una mujer de la audiencia, toda la sala vive la experiencia a través de ella”, explica el cantante. Esta técnica es heredada de los días dorados del R&B, una época en la que un hombre, antes de atreverse a cantar a una dama, se vestía con un traje impecable y alisaba su cabello con un peine caliente. Usher absorbió esta enseñanza al ver la película The Five Heartbeats, que cuenta el ascenso y caída de los Temptations. La imagen de un público lleno de suspiros y miradas hambrientas lo hizo querer experimentar lo mismo sobre el escenario. Y, según él, “funcionó”.
Pero este arte no es para cualquiera; se trata de saber elevar a una persona frente a miles de espectadores, haciéndola sentir “la flor más fragante del ramo”. Usher admite que ser un seductor con la voz es una habilidad rara, y añade que el segundo secreto para complacer a una mujer es el tacto. Ya sea un toque ligero, un roce de manos o un abrazo profundo, cree firmemente en la fuerza de la conexión física. Sabe que el camino más corto hacia la intimidad es simplemente tomar de la mano a una mujer.
La seducción es, según Usher, un servicio. Como un amigo que envía una botella de vino después de una semana difícil, es un gesto para hacer sentir bien a alguien, incluso si no lo ha pedido. “Digo cosas que pienso que las mujeres quieren escuchar, cosas que las harán sentirse bien, vistas, hermosas, como si un hombre las cuidara”, explica el cantante. Usher entiende el poder de las palabras, de la voz y de la presencia para lograr este efecto.
El cantante está en un breve receso tras completar su actuación en Las Vegas, una serie de 100 shows con localidades agotadas, y un paso fugaz por París. Este “descanso” es solo una pausa antes de lanzar su nueva gira mundial, una hazaña que reafirma su presencia en la industria.
Para una generación, su álbum Confessions de 2004 marcó un hito como uno de los discos de R&B más vendidos de todos los tiempos. Sin embargo, a medida que la música evolucionaba, con nuevos artistas y tendencias ocupando el centro del género, la presencia de Usher se desplazó a otros espacios, como su papel de juez en The Voice. Durante ese tiempo, su música continuó siendo exitosa, pero no logró encender las pasiones como al inicio de su carrera.
La chispa que marcó su retorno fue la serie de shows que realizó en Las Vegas a partir de 2021, titulada Usher: The Las Vegas Residency y continuada en 2022 como Usher: My Way — The Vegas Residency. Estas presentaciones volvieron a ponerlo en el mapa de una forma explosiva, al reencontrarse el público en vivo con su carisma y su voz aterciopelada. Con cada canción y coreografía, Usher reintrodujo su clásico estilo juguetón y atrevido, recordando al público el “truhán” que siempre fue sobre el escenario.
A este impulso se sumó un concierto en vivo para NPR’s “Tiny Desk” que se hizo viral en 2022, demostrando que Usher aún tenía el poder de seducir con su voz incluso en un formato más íntimo y acústico. Pronto, su residencia en Las Vegas se convirtió en uno de los espectáculos más codiciados, y la noticia de que sería el primer artista independiente en actuar en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl se anunció con entusiasmo. Usher planea lanzar su próximo álbum, Coming Home, solo dos días antes del esperado evento deportivo, asegurando un regreso triunfal al escenario mundial.
Sin embargo, toda esta energía y pasión requieren un esfuerzo de autocuidado por parte del artista. Usher reconoce la importancia de mantener su bienestar emocional y físico para poder ofrecer una experiencia genuina y completa en el escenario. Su rutina diaria incluye tomarse 20 minutos al comienzo del día para estar solo y en calma, establecer intenciones y reflexionar. Al final de cada jornada, se asegura de recibir atención y cariño, permitiéndose a sí mismo ser el foco de la misma energía amorosa que ofrece a sus fanáticos.