Ariana Grande ha vuelto a presentar Saturday Night Live, como ya hizo en 2016. Nada más empezar con su monólogo deja clara una cosa: «Solo voy a presentar. No voy a hacer esto sobre mí». Nada más lejos de la realidad, ya que el programa giró totalmente alrededor de la cantante y, sobre todo, de sus impresionantes imitaciones.
«Simplemente voy a divertirme», suelta en su monólogo inicial justo antes de que aparezca un micrófono que no duda en recoger, aunque haga el amago de devolverlo. Mientras canta «no voy a cantar hoy» y «no voy a hacer mis imitaciones», está claro lo que se viene a continuación.
La primera es Britney Spears, clavando el «Oh, baby, baby» del icónico tema. A esta le siguen Miley Cyrus y Gwen Stefani, antes de que toda la presentación se convierta en un musical.
Después de demostrar lo bien que se desenvuelve en un escenario, que para nada es una sorpresa, sí es un shock ver cómo intenta cantar mal a propósito en el sketch de las damas de honor, a ritmo de ‘Espresso’. Grande salió en prácticamente todos los sketches, pero el que más brilló fue el que protagonizó ella sola: Céline Dion haciendo una promo de la UFC.
Ariana se mete totalmente en la piel de la canadiense, desde el acento hasta las expresiones, y hasta brinda una hilarante parodia de ‘It’s All Coming Back To Me Now’. «Nos vemos en el octágono», remata. Por otro lado, Stevie Nicks se encargó de la actuación musical con la clásica ‘Edge of Seventeen’, demostrando que todavía mantiene