El cine independiente brilla con ‘Anora’ en una gala con tímidas referencias políticas
La 97ª edición de los Premios Óscar se convirtió en un triunfo para el cine independiente gracias a la película Anora, que se llevó cinco premios, entre ellos el más codiciado: el de Mejor Película. En una noche que se destacó por su sobriedad política, Anora se posicionó como la gran ganadora de la velada.
«Anora es una película verdaderamente independiente, se hizo con la sangre, el sudor y las lágrimas de artistas independientes», expresó su director, Sean Baker, al recibir su quinta estatuilla para la película, que fue realizada con un presupuesto modesto de seis millones de dólares. Este éxito, lejos de los lujos y presupuestos de Hollywood, es un testimonio del impacto del cine independiente en la industria cinematográfica mundial.
Cine independiente en los Óscar: el triunfo de ‘Anora’
La victoria de Anora marca un hito para el cine independiente. A pesar de la brecha que existe entre las grandes producciones y las películas con presupuestos modestos, Anora demostró que las historias auténticas pueden conquistar el corazón de la crítica y la audiencia. Esta película no solo logró el reconocimiento en los premios más importantes de la industria cinematográfica, sino que también consolidó a Sean Baker como uno de los cineastas más influyentes de su generación.
Sin embargo, más allá del aplauso al cine independiente, la 97ª edición de los Óscar fue notable por la casi total ausencia de comentarios o referencias políticas. A pesar de los tiempos convulsos que vive Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump al poder, la gala de este año se mantuvo sorprendentemente neutral en términos políticos.
El silencio político en los Óscar de 2025
La noche fue un reflejo de la tendencia de muchos artistas a mantener un perfil bajo respecto a los temas políticos que han marcado la agenda en los últimos años, como la política migratoria y las tensiones con Rusia. Aunque algunos, como el presentador Conan O’Brien, hicieron alusiones sutiles, las referencias políticas fueron mínimas. O’Brien usó Anora como una metáfora de la relación entre Estados Unidos y Rusia, al señalar: «‘Anora’ está teniendo una buena noche. Ya lleva dos victorias. Supongo que los americanos están emocionados por ver que alguien por fin se enfrenta a un poderoso ruso».
Este comentario se produjo dos días después de que el presidente Donald Trump tuviera una acalorada reunión con el líder ucraniano Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, un tema que sin duda marcó la política exterior de Estados Unidos en este período.
Alusiones a la guerra en Ucrania y la política internacional
En un giro más directo, la actriz Daryl Hannah, conocida por su papel como villana en Kill Bill, irrumpió en el escenario para mostrar su apoyo a Ucrania. Con un grito de “¡Slava Ukraini!” (¡Gloria a Ucrania!), y el puño alzado, Hannah expresó su solidaridad con el pueblo ucraniano en medio de la invasión rusa. Este acto de apoyo a Ucrania resonó con los temas actuales de la geopolítica mundial, pero fue uno de los pocos momentos en que los premios hicieron referencia a los conflictos internacionales.
Por otro lado, la actriz Zoe Saldaña, ganadora del Óscar a Mejor Actriz de Reparto por su papel en Emilia Pérez, también se pronunció en su discurso sobre la situación migratoria en Estados Unidos, en un momento donde la administración Trump ha impulsado duras políticas de deportación hacia la comunidad latina. Saldaña, de raíces dominicanas, aprovechó la ocasión para resaltar la importancia de la unidad y el respeto por las raíces y la identidad cultural.
Cine y política: un espacio para la reflexión
Un momento que no pasó desapercibido fue el triunfo del documental palestino No Other Land, que se llevó el premio en su categoría. Los directores del documental, provenientes de Palestina e Israel, pidieron un esfuerzo conjunto de ambas naciones para encontrar una solución al conflicto que lleva décadas afectando a la región. Este tipo de discursos políticos, aunque poco comunes en una gala de los Óscar, ofrecieron un vistazo a cómo el cine independiente puede abordar cuestiones sociales y geopolíticas de relevancia global.
Homenajes y sorpresas en una gala vibrante
La gala no estuvo exenta de sorpresas. Mientras los premios se entregaban, el ambiente estuvo marcado por homenajes a figuras de la cultura y la música. En un momento emotivo, la gala recordó los devastadores incendios que arrasaron algunas zonas del condado de Los Ángeles en enero. A través de un video recopilatorio de escenas de películas icónicas de Hollywood, el mensaje de solidaridad fue claro: «Los Ángeles necesita tu ayuda».
Asimismo, la noche también ofreció momentos de entretenimiento con actuaciones de artistas como Ariana Grande y Cynthia Erivo, quienes interpretaron una versión de Somewhere Over the Rainbow como parte de un homenaje a las películas que han marcado la historia de Hollywood.
Uno de los momentos más jocosos de la noche fue cuando Adam Sandler apareció en el escenario con un look casual, sentado entre la audiencia con una sudadera. Durante su intervención, bromeó sobre su apariencia diciendo que no le importaba porque, al final, «era una buena persona». Este momento de ligereza se contrastó con la solemne seriedad de otros discursos, pero aportó un respiro de humor en medio de la noche.
El triunfo de ‘The Brutalist’ y el regreso de Kieran Culkin
En el apartado de las interpretaciones, The Brutalist se destacó al llevarse tres premios importantes, mientras que Emilia Pérez, la película con más nominaciones de la noche, solo logró alzarse con dos de los 13 premios a los que aspiraba. Entre las sorpresas de la noche, Kieran Culkin, ganador del Óscar a Mejor Actor de Reparto por A Real Pain, protagonizó uno de los momentos más tiernos al proponer a su esposa tener otro hijo, un gesto que cautivó a los asistentes.
A pesar de la tensa atmósfera política en algunos momentos, la noche de los Óscar destacó por su celebración del arte cinematográfico, con una mención especial a películas que, como Anora, siguen demostrando el poder del cine independiente en un mundo cada vez más globalizado y políticamente polarizado.