Al menos 9 fallecidos tras potente tormenta mortal en el este de EE.UU. Inundaciones, bloqueos de carreteras y lluvias torrenciales afectan a cientos de personas. País experimenta el más frío evento de vórtice polar de la temporada.
El este de Estados Unidos se vio severamente afectado por una serie de tormentas invernales que ocasionaron graves inundaciones, temperaturas extremas y tornados en algunos estados. En Kentucky, las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de ríos y arroyos, dejando a su paso zonas anegadas y múltiples daños materiales. Hasta el cierre de esta edición, las autoridades han confirmado que al menos nueve personas perdieron la vida debido a estas condiciones climáticas extremas.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, informó que entre las víctimas fatales se encuentra un hombre adulto en el condado de Hart, cuyo fallecimiento estuvo relacionado con un accidente de tránsito. Asimismo, se registró la muerte de una mujer adulta y un menor que la acompañaba, ambos arrastrados por las aguas de la inundación. En Georgia, otro hombre perdió la vida cuando un árbol cayó sobre la cama donde dormía, según reportaron las autoridades del condado de Fulton.
En otro trágico incidente, un hombre de 73 años murió ahogado en Bonneville, Kentucky, luego de que su vehículo derrapara y terminara en un cuerpo de agua en la zona de Bacon Creek. Su acompañante sigue desaparecido. El subdirector de Gestión de Emergencias del condado de Clay, Revelle Berry, confirmó la muerte, aunque no proporcionó detalles adicionales sobre la persona que sigue sin ser localizada.
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) advirtió que fuertes tormentas azotaron diversas áreas de Florida y Georgia, donde se activaron alertas de tornado. Asimismo, el organismo ya había alertado sobre la posibilidad de crecidas repentinas de agua en Kentucky y Tennessee.
Mientras tanto, en la zona norte del país, en estados como Dakota del Norte, Dakota del Sur y Minnesota, se registraron temperaturas extremadamente frías, descendiendo hasta los -30 °C cerca de la frontera con Canadá. Con el efecto del viento, la sensación térmica alcanzó niveles peligrosos de entre -40 °F y -50 °F, lo que representa un riesgo considerable para la salud de las personas expuestas al exterior.
En el noreste del país, regiones de Nueva Inglaterra y el norte del estado de Nueva York se preparaban para recibir intensas nevadas. Se pronosticó que algunas áreas experimentarían ráfagas de viento de hasta 60 millas por hora, lo que generaría condiciones de tormenta blanca y reduciría drásticamente la visibilidad en las carreteras.
Como consecuencia de las lluvias y el deshielo, en Kentucky se observaron calles y edificios completamente sumergidos bajo el agua, mientras que en Virginia se reportaron deslizamientos de tierra que bloquearon carreteras importantes.
Los estados de Kentucky, Tennessee y Arkansas permanecen bajo alerta de inundaciones, y el NWS instó a los residentes a evitar desplazarse en carretera debido al peligro que representan las crecidas de los ríos y la acumulación de agua en las vías. Ante esta emergencia, el gobernador Beshear anunció que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó la solicitud de declaración de desastre, lo que permitirá el acceso a fondos federales para ayudar en las labores de rescate y recuperación en las zonas afectadas.
A través de sus redes sociales, Beshear ha estado informando a la población sobre los puntos más críticos de la inundación, destacando el condado de Jackson como una de las áreas más afectadas. Además, la Policía Estatal de Kentucky está llevando a cabo operativos para verificar el bienestar de los residentes, y se han habilitado refugios de emergencia en localidades como el condado de Pike y el Jenny Wiley State Resort Park en Prestonsburg.
Uno de los centros médicos más importantes de la zona, el Kentucky River Medical Center, ubicado en la ciudad de Jackson, tuvo que cerrar temporalmente su servicio de urgencias debido a la gravedad de las inundaciones. Por precaución, se trasladó a todos los pacientes a hospitales cercanos, y las autoridades del centro indicaron que evaluarían la situación el domingo para determinar si era posible reabrir con seguridad. Se estima que el río Kentucky alcance un nivel de casi 14 pies por encima del umbral de inundación, lo que podría agravar la crisis en la zona.
Las imágenes compartidas en redes sociales por residentes y autoridades muestran la magnitud del desastre en Kentucky, con vehículos completamente sumergidos y edificios inundados. En Virginia, el condado de Buchanan también enfrenta serios problemas debido a los deslizamientos de tierra, los cuales han bloqueado varias carreteras y dificultado el acceso de los equipos de emergencia.
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En el condado de Simpson, en Kentucky, la Oficina de Gestión de Emergencias reportó que numerosos vehículos quedaron atrapados en el agua y que las autoridades tuvieron que realizar múltiples rescates. Ante esta situación, instaron a la población a permanecer en sus hogares y evitar desplazamientos innecesarios.
Mientras tanto, en la región de Nueva Inglaterra, la combinación de fuertes nevadas y aguanieve ha complicado seriamente el tránsito. Se prevé que en algunas zonas la acumulación de nieve supere el pie de altura, mientras que en otras, la formación de capas de hielo de hasta un cuarto de pulgada podría representar un gran riesgo para la conducción. El NWS advirtió que la acumulación de hielo en árboles y tendidos eléctricos podría provocar apagones y caída de ramas, aumentando el peligro en las calles.
El impacto de estas condiciones invernales también se sintió en el Medio Oeste, donde las temperaturas gélidas y la nieve afectaron el este de Nebraska, el norte de Iowa y gran parte de Wisconsin. En estos estados, así como en Michigan, se emitieron avisos meteorológicos ante la previsión de hasta 4 pulgadas de nieve.
TORMENTA MORTAL: “ESTIRAMIENTO DEL VÓRTICE POLAR”
Los meteorólogos advirtieron que Estados Unidos se encuentra en medio de uno de los eventos más fríos de la temporada debido a la llegada de una nueva masa de aire polar. Este fenómeno, conocido como estiramiento del vórtice polar, está empujando aire extremadamente frío desde el Ártico hacia el país, afectando principalmente a las Montañas Rocosas y las Llanuras del Norte.
En ciudades como Denver, donde las temperaturas cayeron a niveles gélidos, las autoridades habilitaron refugios para las personas sin hogar, con el fin de protegerlas del frío extremo.
Por otro lado, en el sur de California, la tormenta más intensa del año comenzó a disiparse, aunque el peligro de deslizamientos de tierra y desprendimientos de rocas continúa en las zonas afectadas por incendios forestales. Se ha alertado que, incluso después de que las lluvias cesen, los suelos saturados pueden ceder y generar corrimientos de tierra peligrosos.
En la ciudad de Sierra Madre, se reportó que una avalancha de agua, lodo y escombros descendió por las laderas, afectando varias viviendas y atrapando vehículos. Máquinas excavadoras fueron desplegadas para despejar las calles, que quedaron cubiertas por una gruesa capa de lodo, mientras los residentes intentaban evaluar los daños.
Finalmente, en la región montañosa de Sierra Nevada, la tormenta dejó una acumulación de nieve de hasta seis pies en un lapso de 36 horas. En Mammoth Mountain, dos integrantes del equipo de patrulla de esquí quedaron atrapados en una avalancha mientras realizaban trabajos de mitigación. Uno de ellos fue rescatado sin heridas graves, mientras que el otro tuvo que ser trasladado a un hospital con lesiones de consideración.