Joe Biden propone dos debates televisados y Donald Trump acepta. Uno será en junio y el otro en septiembre.
El presidente y candidato demócrata a la Casa Blanca en la elección de noviembre, Joe Biden, propuso celebrar dos debates televisados, en junio y en septiembre, con el expresidente Donald Trump, el virtual candidato republicano, pero al margen de la Comisión bipartidista de Debates Presidenciales, que se ha encargado de organizar estas citas desde 1988.
La propuesta del presidente fue enviada en una carta y un mensaje de video a la comisión, indicando que quiere una negociación directa entre las campañas de ambos partidos sobre las reglas del debate, moderadores y cadenas de televisión que los emitan.
Trump aceptó casi de inmediato la oferta del presidente: “Las fechas que propusieron de junio y principios de septiembre son totalmente aceptables para mí. Estoy listo para ir a cualquier hora y en cualquier lugar”, le dijo el exmandatario en su red social.
La cadena de noticias CNN anunció que acogerá un debate el 27 de junio a las 9 de la noche en Georgia. La cadena de noticias ABC anunció después que acogerá el segundo debate el 10 de septiembre. Las elecciones son el 5 de noviembre.
Además, Trump propuso en su red social uno más en Fox News el 2 de octubre, aunque no está claro que Biden haya aceptado esa cita.
“Trump perdió dos debates contra mí en 2020, y desde entonces no se ha presentado a ninguno. Ahora actúa como si quisiera debatir conmigo de nuevo. Pues me alegro, amigo. Incluso lo haré dos veces”, dice Biden en el video, haciendo referencia a la pausa de cada semana que tiene en su juicio penal en Nueva York: “Elijamos las fechas, Donald. He escuchado que estás libre los miércoles”.
“El deshonesto Biden es el peor debatidor al que me he enfrentado: no puede juntar dos frases”, comentó por su parte Trump. “Es también, por mucha diferencia, el peor presidente de la historia de EE.UU.”.
En la carta enviada a la comisión, la campaña de Biden culpó a este organismo bipartidista de tener dificultades para evitar que los participantes en sus debates infrinjan las normas estipuladas y citó también inconvenientes con las fechas para organizar los eventos.
“El modelo de la Comisión de crear enormes espectáculos con grandes audiencias y grandes gastos simplemente no es necesario ni conduce a buenos debates”, escribió Jen O’Malley Dillon.
“Los debates deben celebrarse en beneficio de los votantes, que los ven por televisión y en casa, no como entretenimiento para un público presencial con partidarios y donantes estridentes o perturbadores, que consumen el valioso tiempo del debate con ruidosos espectáculos de aprobación o abucheos”, agregó.
Trump y el Comité Nacional Republicano (RNC) habían expresado su interés en no participar en los debates organizados por la comisión, la cual ya ha programado un debate vicepresidencial y tres presidenciales, a partir del próximo 16 de septiembre, incluido uno en Texas que sería transmitido, de manera simultánea, entre las principales cadenas de televisión.
“Es hora de que se celebre un debate, aunque tuviera que ser a través de la Comisión de Debates Presidenciales, que está totalmente controlada por los demócratas y que, como la gente recuerda, fueron captados afectándome con los niveles de sonido del anterior debate”, indicó Trump.
O’Malley Dillion añadió en el mensaje enviado a la comisión que los debates deberían ser organizados por alguna cadena de televisión de las que ya transmitió algún debate de las primarias republicanas de 2016 en el que participó Trump y un debate de las primarias demócratas de 2020 en el que formó parte Biden.
La presidenta de la campaña de Biden también enumeró las reglas propuestas para los debates: límites firmes de tiempo para las respuestas, turnos alternos para hablar “para que el tiempo se reparta equitativamente y tengamos un intercambio de puntos de vista, no un espectáculo de interrupción mutua”. Añadió que el micrófono de un candidato sólo debe estar activo cuando le toque.
La carta enviada por la campaña de Biden también proponía que el debate vicepresidencial se celebrara a finales de julio, después de la Convención Nacional Republicana.
Además, O’Malley Dillion explicó que la campaña de Biden se opone a los debates de la comisión porque están programados para “comenzar después de que el pueblo estadounidense tenga la oportunidad de emitir su voto anticipadamente, y no concluyen hasta después de que decenas de millones hayan emitido su voto”.
Por su parte, Susie Wiles y Chris LaCivita, co-directores de la campaña de Trump, indicaron en una carta de abril que los debates de la comisión deberían celebrarse lo antes posible. “Aunque la Comisión de Debates Presidenciales ya ha anunciado tres debates presidenciales y un debate vicepresidencial para finales de este año, estamos a favor de que estos comiencen mucho antes”.
Los motivos de esta postura quedaron claros en la carta al precisar que daría a los votantes la oportunidad de ver a los candidatos antes de emitir su voto. La misiva indicaba que apoyarían añadir aún más debates, además de los tres que la comisión había programado ya.
¿ESTRATEGIA?
Analistas políticos consideran que este nuevo desafío podría ser una estrategia de Biden para resaltar las diferencias en políticas y capacidades de liderazgo entre él y Trump, poniendo a prueba nuevamente sus habilidades de debate en un foro público. Por otro lado, para Trump, aceptar este desafío representa una oportunidad para confrontar a Biden directamente y presentar su caso ante el pueblo estadounidense, posiblemente buscando redimirse tras los resultados de los debates anteriores.
La implicación de estos eventos en el escenario político es amplia. Un nuevo debate entre Biden y Trump no solo capturaría la atención de la nación, sino que también ofrecería a ambos candidatos una plataforma para clarificar sus posiciones sobre temas críticos que enfrenta Estados Unidos, desde política interna hasta cuestiones de política exterior.