Muere expresidente de Perú tras batalla contra cáncer de lengua. Tenía pensado postular a elecciones de 2026 pese a procesos judiciales.
El expresidente de Perú Alberto Fujimori murió a los 86 años, informó Keiko Fujimori, su hija y dirigente del partido Fuerza Popular, en su cuenta de X.
Fujimori falleció horas después de que su médico de cabecera, Alejandro Aguinaga, dijera que estaba “luchando” por su salud. Fujimori había informado previamente que se estaba sometiendo a un tratamiento contra un cáncer de lengua.
Su hija Keiko Fujimori había anunciado por sus redes sociales a mediados de ese mes que el expresidente iba a ser el candidato presidencial de su partido político en 2026, aunque con el paso de los días no dio más detalles. La exlegisladora fujimorista María Cuculiza había añadido que la salud de Fujimori se deterioró tras una operación en julio a la cadera que se fracturó tras caerse de la cama.
“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo amaron que nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, escribió Keiko Fujimori.
La última vez que Fujimori había sido fue visto de forma pública fue el 4 de septiembre, cuando salía en silla de ruedas de un hospital privado. Le dijo a la prensa local que se había realizado una tomografía y cuando fue interrogado por si su candidatura presidencial sonrió y dijo: “Vamos a ver, vamos a ver”.
Fuentes cercanas al Gobierno indicaron que Fujimori recibirá honores de Estado. “Se izará a media asta el Pabellón Nacional en los edificios públicos, bases militares, buques, establecimientos policiales y demás dependencias del Estado y se decretará duelo oficial el día de la inhumación de los restos mortales en consideración a su alta investidura”, según establecen las leyes.
Fujimori, una figura controvertida en su país, dirigió Perú entre 1990 y 2000. Su mandato sacó al país del borde del colapso económico, pero también estuvo plagado de denuncias de violaciones de derechos humanos y corrupción, por las que luego fue condenado décadas después a 25 años de cárcel por los delitos de homicidio calificado y lesiones por los casos Barrios Altos y La Cantuta.
En diciembre de 2023 Fujimori salió de prisión, luego de que el Tribunal Constitucional de Perú ordenara su libertad inmediata. Su salida de prisión ocurrió debido a que la sentencia del alto tribunal ratificó un fallo anterior de la misma corte, emitido en marzo de 2022, en el que se restituían los efectos del indulto humanitario otorgado a Fujimori en diciembre de 2017 por Kuczynski.
De outsider político a hombre fuerte de la política
Hijo de inmigrantes japoneses, Fujimori estudió en una universidad agrícola en la capital Lima antes de viajar al extranjero para su educación de posgrado en Estados Unidos y Francia.
Una vez de regreso en Perú, presentó un programa de televisión centrado en cuestiones ambientales antes de lanzar una candidatura presidencial en 1989 como líder de un nuevo partido, Cambio 90, que finalmente derrotó al escritor Mario Vargas Llosa, posterior ganador del premio Nobel de literatura.
Fujimori heredó un país en crisis económica. Poco después de asumir el cargo, implementó políticas económicas austeras conocidas como “Fujishock”, que frenaron la hiperinflación.
También reclamó la victoria sobre el movimiento rebelde Sendero Luminoso, uno de los grupos guerrilleros más antiguos de América Latina, después de que su Gobierno capturó al líder del grupo, Abimael Guzmán, responsable de decenas de miles de muertes. Años más tarde, su manejo de una toma de rehenes que duró meses por parte de otro grupo rebelde en la residencia del embajador japonés le valió elogios internacionales.
Para algunos peruanos, las victorias internas de Fujimori lo transformaron de un marginado político en el hombre fuerte que el país necesitaba. Pero el expresidente tenía una veta autoritaria y usaba las fuerzas de seguridad para reprimir a los opositores. Pronto surgieron acusaciones de abuso de poder y corrupción que ensombrecieron sus logros nacionales.
Sus políticas mejoraron la economía y acabaron con la hiperinflación, según la agencia de noticias The Associated Press, pero empleó las Fuerzas Armadas para disolver el Congreso y modificar la Constitución. Fue sin embargo la guerra sucia contra la guerrilla la que le llevó ante la justicia años después. En 1991, soldados encapuchados balearon a 15 residentes de un barrio de Lima, incluido un niño, en una fiesta. Un año después, un comando militar clandestino secuestró y asesinó a nueve estudiantes y un profesor de la universidad Enrique Guzmán y Valle. Fueron torturados y enterrados después en fosas comunes.
Asimismo, a principios de los años 90, la entonces esposa de Fujimori, Susana Higuchi, lo denunció públicamente como corrupto y afirmó que su familia había vendido ilegalmente ropa donada a Japón. Después de que la pareja se divorciara, Fujimori instaló a la hija mayor de la pareja, Keiko, como primera dama de Perú antes de su segundo mandato.
En 2000, Fujimori se presentó a un tercer mandato sin precedentes a pesar de las dudas sobre la constitucionalidad de postularse nuevamente. Ganó, lo que llevó a su principal candidato de la oposición a alegar fraude electoral.
Pero su Gobierno se derrumbó espectacularmente más tarde ese año, luego de que se filtraran videos de Vladimiro Montesinos, su poderoso jefe de inteligencia durante más de una década, que mostraban a Montesinos sobornando a un congresista de la oposición. El escándalo se disparó rápidamente cuando surgieron numerosos videos incriminatorios.
Fujimori negó haber actuado mal, pero su posición entre el público comenzó a cambiar. Muchos peruanos no quedaron convencidos e insistieron en que él debe haber estado al tanto del abuso de poder y la malversación de fondos de su principal asesor.
Ese noviembre, durante un viaje a Japón, Fujimori intentó renunciar a la presidencia peruana enviando un fax a su casa anunciando su renuncia. La medida sumió el panorama político del país en el caos. Días después, el Congreso de Perú lo despidió y lo calificó de “moralmente incapacitado” para gobernar.
Permaneció en Japón durante varios años, desafiando que algún día regresaría a los escalones superiores de la política peruana. A mediados de la década de 2000, viajó a Chile mientras se preparaba para protagonizar un regreso político, pero fue arrestado de inmediato y finalmente extraditado a Perú para enfrentar cargos de abuso de derechos humanos, entre otras supuestas violaciones.
Batallas legales
Fujimori entró y salió de prisión en los últimos años como resultado de su deterioro de salud, luego de haber sido condenado en cuatro juicios penales diferentes.
En 2009, un tribunal especial de la corte suprema lo condenó a 25 años de prisión por autorizar el funcionamiento de un escuadrón de la muerte encargado de matar a civiles. En juicios separados, el expresidente también fue declarado culpable de irrumpir en la casa de Montesinos para robar videos incriminatorios, tomar dinero del erario público para pagar al jefe de espionaje y autorizar escuchas telefónicas ilegales y sobornar a legisladores y periodistas.
Recibió un indulto médico por sus abusos contra los derechos humanos en diciembre de 2017 del entonces presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski. La oficina de Kuczynski emitió un comunicado en ese momento, diciendo que Fujimori “padece una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”, y agregó que “las condiciones carcelarias significan un grave riesgo para su vida, salud e integridad”.
“Soy consciente que lo que resultó durante mi gestión, por un lado, fue bien recibido pero reconozco que por otro lado, también he decepcionado a otros compatriotas. A ellos les pido perdón desde el fondo de mi corazón”, señaló Fujimori en un video grabado desde su cama de hospital y publicado en Twitter en 2017. Pero el indulto causó violentas protestas en la capital de Lima y atrajo críticas generalizadas de organizaciones de derechos humanos y legisladores.
En enero de 2018, la Defensoría del Pueblo de Perú presentó un informe sobre la decisión de Kuczynski, y señaló que la resolución suprema que concedió el indulto no expresaba de forma suficiente las razones médicas que lo sustentaban. Finalmente el indulto fue anulado y en enero de 2019 fue devuelto a prisión.
En marzo de 2022, el Tribunal Constitucional de Perú restableció los efectos del indulto otorgado en 2017. Sin embargo, el 30 de marzo de 2022, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó al Estado peruano abstenerse de implementar dicha sentencia. Incluso con múltiples condenas penales, Fujimori siempre se mantuvo firme, argumentando que cualquier acción que tomaba era por el bien del país. Mantuvo esa posición hasta el final. Permaneció preso hasta diciembre de 2023. El actual gobierno de la presidenta Dina Boluarte lo liberó en dicha fecha.
Su hija Keiko se postuló sin éxito a la presidencia en 2021 por tercera vez. La última campaña reconoció el problemático legado político de su padre y buscó tranquilizar a los votantes contra el regreso a su gobierno autoritario. Sin embargo, ella también prometió perdonarlo por sus crímenes. Finalmente quedó en segundo lugar detrás del presidente Pedro Castillo, quien asumió el cargo el 28 de julio de ese año y fue destituido el 7 de diciembre de 2022.
Las reacciones a la muerte del exmandatario
El expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) expresó sus condolencias por la muerte del exmandatario, a quien otorgó un indulto humanitario en 2017 y a quien consideró una persona “muy importante” en la historia del país. En un mensaje compartido en la red social X, Kuczynski extendió sus “sentidas condolencias a la familia del presidente Alberto Fujimori” y mencionó: “El recuerdo de quien ha sido una persona muy importante en la historia” de Perú.
“Un abrazo a sus hijas e hijos. Lo acompaño con mis pensamientos”, agregó el exmandatario de 85 años. Kuczynski se enfrentó a Keiko Fujimori, la hija y heredera política del exmandatario (1990-2000), en los comicios de 2016 y le ganó la presidencia de Perú en una ajustada segunda vuelta.
Además, políticos peruanos de distintas formaciones políticas se despidieron del expresidente con mensajes de condolencia para su familia y sus partidarios.
El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, militante del partido conservador Alianza para el Progreso (APP), expresó su “solidaridad y sentidas condolencias” a su familia y seres queridos. “Que Dios lo acoja en su seno y brinde tranquilidad y sosiego a sus deudos. Que en paz descanse”, escribió el titular del Parlamento en su cuenta de la red social X.
De la misma forma, el fundador de APP, César Acuña, escribió en X sus condolencias a la familia Fujimori en este “difícil momento”. “Que Alberto Fujimori encuentre paz y su familia tenga la fortaleza necesaria para superar esta pérdida. Que Dios los acompañe y les brinde consuelo”, agregó el también empresario y gobernador regional de La Libertad.
Asimismo, el poder legislativo extendió sus condolencias a la familia del expresidente desde su cuenta oficial en la misma red social.
También el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, del partido de ultraderecha Renovación Popular, expresó que esperaba que Fujimori descanse en paz. “Extiendo mis sentidas condolencias a los familiares y amigos del ingeniero Alberto Fujimori por su sensible fallecimiento”, señaló el alcalde de la capital peruana.
El actual presidente del partido Fuerza Popular, Miguel Torres, lamentó mucho la partida de “Don Alberto” y confió en que el exmandatario “debe estar diciendo que se va a cuidarnos desde otra perspectiva”. Torres remarcó que el expresidente “nos rescató de la hiperinflación y nos salvó de una guerra con Ecuador”, dos de los momentos clave en su Gobierno.
Entre los distintos mensajes de condolencia estuvo también el del desactivado Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Policía Nacional, responsable de la captura de la cúpula de la banda armada Sendero Luminoso en 1992. “Es uno de los protagonistas de una historia que culminamos el 12 de septiembre de 1992. Expresamos nuestras condolencias a su familia. Descanse en paz el expresidente Alberto Fujimori”, escribió el grupo policial en su cuenta de X.
Pensaba postular en 2026
Fujimori, quien en diciembre pasado fue indultado de su condena por corrupción y responsabilidad en el asesinato de 25 personas, se iba a postular por cuarta vez a la presidencia del país en 2026, informó su hija Keiko Fujimori, dirigente del partido Fuerza Popular.
“Mi padre y yo hemos conversado y decidido juntos que él será el candidato presidencial”, indicó Keiko Fujimori en redes sociales. A pesar del anuncio, la ley vigente en el país establece que cualquier persona que haya sido declarada culpable de actos de corrupción, como es el caso de Fujimori, no puede postularse a la presidencia o vicepresidencia del país.
Fujimori, quien fue condenado en 2009 por el asesinato de 25 peruanos durante su gestión en 1992, tiene otras tres sentencias por corrupción y debe alrededor de 15 millones de dólares al Tesoro, según la Procuraduría especializada en delitos de corrupción, reparación civil que no pagó hasta el final de su vida.
El político se afilió al derechista Fuerza Popular en junio de este año, publicando un video del acto en el que se le ve junto a su hija mayor. La publicación incluyó la frase: “El líder fundador del fujimorismo, toma su lugar en Fuerza Popular”.