Presidente Biden brinda primera intervención en Washington tras debate. Para seguidores, encuentro con periodistas puede decidir futuro de candidatura.
El presidente Joe Biden aprovechó su esperada conferencia de prensa para hacer una enérgica defensa de su política exterior y doméstica, rechazó las dudas sobre su capacidad para servir otros cuatro años y reiteró que no está dispuesto a abandonar la candidatura.
«No estoy en esto por mi legado. Estoy en esto para completar el trabajo que empecé», dijo Biden mientras insistía en que su apoyo entre el electorado era fuerte y que permanecería en la carrera y ganaría.
A pesar de que Biden tuvo varios tropiezos durante la conferencia, el presidente rechazó cualquier sugerencia de que se estaba ralentizando o mostrando signos evidentes de declive, o de que no estaba al mando del cargo.
Aunque la conferencia no borró los tropiezos y las miradas vacías de Biden durante el debate, demostró que podía responder a las preguntas de los periodistas sobre diversos temas sin perder la concentración.
Todavía tosía y carraspeaba con regularidad. Y a veces bajó la voz hasta un ronco susurro que evocó la aspereza de su voz la noche del debate.
En general, su presentación fue un recordatorio de que la gente se centra en él ahora con una mirada casi clínica hacia posibles errores y deslices, el tipo de presión que es poco probable que desaparezca mientras Biden insista en que seguirá en la carrera.
La conferencia de prensa de Biden no terminó en un fiasco, como su debate con Trump, pero no está claro si logrará despejar las dudas sobre su candidatura.
Estos son algunos momentos clave.
1. Biden ratifica una y otra vez que no dejará la campaña
Durante la conferencia, el mandatario fue cuestionado repetidas veces sobre los llamados de los miembros de su partido a retirarse de la contienda, pero Biden insistió en que no lo hará.
«Estoy decidido a presentarme, pero creo que es importante disipar los temores, que me vean ahí fuera», declaró en otro momento.
Biden insistió en que la campaña apenas había comenzado y dijo que confiaba en poder vencer al republicano Donald Trump.
En repetidas ocasiones, dijo que permanece en la contienda para terminar el trabajo.
«Tengo que terminar este trabajo», dijo. «Tengo que terminar este trabajo, porque hay mucho en juego».
2. Biden deja una puerta abierta para retirarse de la contienda: las encuestas
Conforme avanzó la conferencia de prensa, la postura de Biden sobre dejar la candidatura se fue relajando e incluso dejó entre ver que podría renunciar a su postulación si las encuestas le muestran que otro candidato tiene mejores opciones para vencer a Trump.
Biden concedió incluso que probablemente hay otros candidatos «que pueden vencer a Trump», pero señaló la fuerte recaudación de fondos y las operaciones de su campaña en los estados disputados, señalando que cualquiera que no sea él tendría «que empezar de cero.»
La rueda de prensa terminó con una pregunta directa a Biden sobre si renunciaría por Harris si viera que las encuestas muestran que ella tiene más posibilidades de vencer a Trump.
«Creo que soy el más calificado para gobernar. Creo que soy el mejor calificado para ganar», dijo Biden, añadiendo que seguirá en la carrera hasta que su equipo le diga: «No hay forma de que puedas ganar».
Pero «nadie dice eso», añadió. «Ninguna encuesta dice eso», murmuró el presidente.
3. Biden rechaza otra vez hacerse exámenes para probar su capacidad mental (salvo que su médico se lo recomiende)
Biden habló con fuerza y fluidez sobre política exterior, uno de sus temas favoritos. Pero el centro de atención de la rueda de prensa no fue realmente la política exterior, sino tranquilizar a los demócratas y al mundo de que Biden sigue siendo capaz de ser presidente y vencer a Trump.
Eso demuestra cómo incluso los puntos fuertes de Biden están siendo eclipsados por las preguntas sobre sus capacidades.
Durante la conferencia de prensa el presidente fue cuestionado sobre su estado de salud y si se sometería a pruebas neurológicas para demostrar que está apto para estar al frente de la Casa Blanca por otros cuatro años.
Biden respondió: “He tomado tres exámenes neurológicos significativos e intensos (realizados) por un neurólogo. El más recientemente febrero. Y dicen que estoy en buena forma”.
“Me pruebo cada día sobre mi capacidad neurológica con las decisiones que tomo cada día”, agregó.
Biden mencionó que si sus médicos dicen que «creen que debería hacerme un examen neurológico de nuevo, lo haré», pero «nadie me lo está sugiriendo ahora».
Si bien con algunos tropiezos, el presidente rechazó cualquier insinuación de mostrar indicios de que va en declive, o de que no es él quien lleva las riendas del gobierno por temas de salud.
“Mi agenda ha estado a tope”, declaró. “Así que, si bajo el ritmo y no puedo hacer el trabajo, esa es una muestra de que no debería (continuar en la candidatura). Pero hasta el momento no hay ningún indicio de ello. Ninguno».
4. Los traspiés y lapsus de Biden durante la conferencia
La mayor parte de la rueda de prensa, de una hora de duración, fue la típica de Biden: dio largas respuestas sobre política exterior y contó anécdotas conocidas.
Utilizó teleprompters para sus comentarios iniciales sobre la OTAN, que duraron unos ocho minutos.
Luego, sin los teleprompters, respondió a una amplia gama de preguntas sobre su agudeza mental, política exterior y doméstica y sobre el futuro de su campaña.
En varias ocasiones el mandatario no pareció responder las preguntas que se le hacían, perdía el hilo de lo que estaba respondiendo e incluso tuvo tropiezos graves, como confundir el nombre de su vicepresidenta, Kamala Harris y llamarla Trump.
«No habría elegido al vicepresidente Trump para ser vicepresidente si no estuviera cualificado», afirmó Biden.
También llamó «Rusia» a China, comentó tener un «comandante en jefe», aunque ese grado es suyo por ser presidente y pareció olvidar nombres de líderes mundiales y cifras. Poco antes de la conferencia, presentó al mandatario ucraniano, Volodomyr Zelensky, como «presidente Putin».
El desliz de Biden sobre el «vicepresidente Trump» fue utilizado por el magnate, quien en la red social Truth Social se burló del demócrata. Y cuando un periodista sacó a relucir su referencia al «vicepresidente Trump» y señaló que la campaña del candidato republicano ya estaba promocionando el desliz, Biden se mostró desafiante y molesto y dijo: «Escúchenlo», antes de abandonar el escenario.
5. Biden busca demostrar que lo que hace importa más que lo que dice (o cómo lo dice)
Biden elogió la recién terminada cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su trabajo por elevar la posición de Estados Unidos dentro de la organización.
«¿Han visto alguna vez una conferencia más exitosa?», dijo Biden.
Biden se vinculó a una tradición estadounidense que se extiende «desde Truman a Reagan, pasando por mí», de defensa de la OTAN. «Todo estadounidense debe preguntarse si el mundo es más seguro con la OTAN», dijo.
También hizo hincapié en la reducción de la inflación desde el máximo alcanzado en 2022 y enumeró estadísticas como la creación de 800,000 puestos de trabajo en el sector manufacturero bajo su mandato, afirmando que los líderes mundiales querrían cambiar sus propias economías por la de Estados Unidos.
Y dijo que limitaría el aumento de los alquileres para los inquilinos de caseros que formen parte de un programa de desgravación fiscal para viviendas de renta baja.
Biden tomó un total de 11 preguntas por casi una hora, en una de sus mayores conferencias de prensa hasta ahora. Sin embargo, sus respuestas por momento parecían más preparadas para un acto de campaña que responder a las preguntas que se le hacían.
Sin embargo, logró de alguna manera trasmitir algunos mensajes sólidos, principalmente en política exterior, sobre la importancia de la OTAN, las relaciones con Putin y China y las guerras en Gaza y Ucrania.
Su mensaje más recurrente fue que seguiría en la carrera presidencial y sus logros, como para resaltar que sus acciones como presidente deben hablar por sí solas y no sus lapsus.
No obstante, su desempeño en la conferencia, con una voz aún tomada, frecuentes confusiones y respuestas elusivas y que se iban de foco, no parece que lograrán calmar a los que han expresado temor por su candidatura y al caos que ha causado dentro del Partido Demócrata.
FÓRMULAS PARA CONVENCERLO
Un grupo conformado por algunos de los asesores y colaboradores de Biden busca fórmulas para convencerlo de que la mejor opción es que dé un paso al lado y otro candidato demócrata compita con Donald Trump en las elecciones de noviembre, según The New York Times.
Entre ellos, según publicó la prestigiosa cabecera citando a tres personas familiarizadas con la cuestión, están algunos de sus aliados con años de servicio trabajando para el mandatario.
El medio asegura que en ese grupo figuran, al menos, dos asesores que llevan días explorando la forma de que el presidente desista en su intento de permanecer en la Casa Blanca y que acepte a la vicepresidenta Kamala Harrís como próxima candidata.
Sin embargo, de acuerdo a The New York Times, estos no pertenecen al círculo inmediatamente próximo al presidente de Estados Unidos, aún a favor de que éste continúe en la batalla electoral.
El diario señala, además, que Biden dijo a sus confidentes antes del debate del 27 de junio -en el que tuvo una cuestionada participación que ha desembocado en un aluvión de críticas- que creía que tenía más posibilidades de ganar un segundo mandato que la propia Harris.