Hunter Biden es hallado culpable por comprar arma cuando consumía drogas. Podría enfrentar condena de hasta 25 años de cárcel.
Un jurado de Delaware declaró culpable a Hunter Biden, el hijo del presidente, de los tres cargos que enfrentaba en el juicio por la compra de un arma en 2018 cuando, según los fiscales, estaba sumido en una adicción al crack.
Dos de los cargos conllevan penas máximas de 10 años en prisión, mientras que el tercero tiene un máximo de cinco. Cada cargo implica una multa máxima de 250,000 dólares. La juez, Maryellen Noreika, no ha fijado fecha para la sentencia.
El jurado alcanzó el veredicto de culpabilidad poco después de reanudar las deliberaciones a los pocos días de iniciar esto último.
Hunter Biden, el único hijo vivo del presidente demócrata Joe Biden, tomó de la mano a su esposa al entrar en el tribunal y la besó antes de sentarse a la mesa de la defensa. El juez había convocado a los miembros del jurado en la sala antes de enviarlos a reanudar sus deliberaciones.
La semana pasada, la fiscalía presentó los testimonios de la exesposa y de varias exnovias de Hunter Biden, así como fotos donde aparece con parafernalia relacionada con las drogas y otras pruebas, para demostrar que mintió cuando marcó la casilla del “no” en el formulario de la tienda de venta de armas donde se le preguntó si era “usuario ilícito de, o adicto a” las drogas.
“Él sabía que usaba drogas. Eso es lo que demuestran las pruebas. Y sabía que era adicto a las drogas. Eso es lo que demuestran las pruebas”, dijo al jurado el fiscal, Leo Wise, en sus alegatos finales.
La lucha de Hunter Biden con el abuso de sustancias tras la muerte en 2015 de su hermano, Beau, está bien documentada. Pero la defensa ha argumentado que no se consideraba un “adicto” cuando adquirió el arma.
Los abogados de Hunter Biden trataron de demostrar que intentaba dar un giro a su vida en ese momento, habiendo completado un programa de rehabilitación a finales de agosto de 2018. La defensa llamó a tres testigos, incluida la hija de Hunter, Naomi, quien precisó a los jurados que parecía estar mejorando en las semanas previas a comprar el arma.
Y la defensa aseguró al jurado que nadie presenció que Hunter Biden consumiera drogas durante los 11 días que tuvo el arma antes de que la viuda de Beau, Hallie, la encontrara en la camioneta de Hunter y la arrojara a un bote de basura.
El abogado defensor Abbe Lowell sugirió que los fiscales estaban presentando pruebas circunstanciales como un mago podría presentar un truco de cartas, tratando de que los miembros del jurado se centraran en una mano e ignoraran la otra.
“Con mi último aliento en este caso pido el único veredicto que obligará a los fiscales a cumplir lo que la ley les exige: un veredicto de inocente”, había pedido Lowell en su discurso final.
Pero los fiscales mostraron a los miembros del jurado mensajes de texto enviados en los días posteriores a la compra del arma en los que Hunter Biden decía a Hallie que estaba esperando a un traficante y fumando crack. Hallie y Hunter entablaron una relación breve después de la muerte de Beau. Los fiscales también precisaron que encontraron residuos de cocaína en la bolsa en la que Hallie metió el arma antes de tirarla a un cubo de basura fuera de una tienda de comestibles.
La primera dama, Jill Biden, el hermano del presidente, James, y otros miembros de la familia observaron desde la primera fila de la sala cómo la defensa terminaba sus alegatos el lunes. Hunter Biden no testificó. La primera dama estuvo en el tribunal casi todos los días desde que comenzó el juicio, la semana pasada.
Antes de que el caso pasara a manos del jurado, el fiscal le pidió centrarse en las “abrumadoras” pruebas contra Hunter Biden y a no prestar atención a los miembros de la familia del presidente, sentados en la sala.
“Todo esto no son pruebas”, mencionó Wise, extendiendo la mano e indicando al jurado que mirara a la sala. “Las personas sentadas no son pruebas”.
La defensa intentó minimizar el caso, presionando a los testigos de la fiscalía sobre sus recuerdos de ciertos acontecimientos. El abogado de Hunter Biden aseguró a los miembros del jurado que debían considerar el testimonio de Hallie y otra exnovia “con gran cuidado y precaución”, señalando sus acuerdos de inmunidad con los fiscales a cambio de su testimonio.
El proceso se desarrolló en el estado natal del presidente, donde creció Hunter Biden y donde la familia está profundamente arraigada. Joe Biden pasó 36 años como senador en Delaware, desplazándose diariamente a Washington, y Beau Biden fue fiscal general del estado.
Hunter Biden no testificó, pero los miembros del jurado escucharon repetidamente su voz cuando los fiscales reprodujeron extractos de audio de sus memorias de 2021, Beautiful Things, en las que habla de tocar fondo tras la muerte de Beau, y de caer en las drogas y el alcohol antes de volverse sobrio en 2019.
ESPERABA OTRO DESENLACE
Hunter Biden esperaba resolver el año pasado una larga investigación federal sobre sus negocios, gracias a un acuerdo con la fiscalía que habría evitado el escándalo de un juicio tan cerca de las elecciones de 2024. Según el acuerdo, se iba a declarar culpable de delitos fiscales menores en California para evitar ser procesado en el caso del arma en Delaware.
Pero el acuerdo se vino abajo después de que la jueza de distrito Maryellen Noreika, nombrada por Trump, cuestionara aspectos inusuales del mismo, y los abogados no pudieran hacer nada al respecto. Según ese acuerdo, los fiscales habían recomendado dos años de libertad condicional.
El fiscal general, Merrick Garland, nombró entonces al investigador David Weiss, fiscal federal de Delaware, como fiscal especial el pasado agosto, y un mes después Hunter Biden fue acusado.
Hunter Biden aseguró que fue acusado porque el Departamento de Justicia cedió a la presión de los republicanos, que han argumentado que el hijo del presidente demócrata estaba recibiendo un trato especial.