Israel empieza invasión en Líbano en busca de miembros del Hezbollah. Operación está apoyada con artillería por tierra y aire.
Israel confirmó que inició una operación terrestre «limitada y localizada» en puntos del sur de Líbano cercanos a la frontera israelí. «Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iniciaron incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en información precisa, contra objetivos e infraestructuras terroristas de Hezbollah en el sur de Líbano», anunció el ejército israelí en un comunicado.
Según el diario The Jerusalem Post, medios de comunicación árabes reportaron que los tanques de las FDI habían entrado en varias aldeas del sur libanés poco después de los informes iniciales de la invasión terrestre.
De acuerdo al comunicado israelí, las FDI llevarán a cabo «un plan metódico establecido por el Estado Mayor y el Comando Norte, para el cual los soldados han entrenado y preparado en los últimos meses».
Se trata de la anunciada incursión que se desarrolla, aún sin más detalles, «en aldeas cercanas a la frontera» y que, según las fuerzas israelíes «representan una amenaza inmediata para las comunidades israelíes en el norte de Israel».
La incursión terrestre se suma a la operación aérea
La operación terrestre está apoyada por la fuerza aérea y con artillería, que ya había sido lanzada al sur de Líbano horas antes con «ataques precisos a objetivos militares de la zona».
El Ministerio de Salud libanés anunció que el balance de los bombardeos israelíes es de al menos 95 muertos y 172 heridos.
El Gobierno israelí ya había aprobado la próxima fase de sus «operaciones» bélicas en el Líbano, confirmó una fuente familiarizada con las discusiones al diario Haaretz.
Asimismo, el ejército ya declaró varias comunidades de Israel a escasos kilómetros de la divisoria con el Líbano «zona militar cerrada», prohibiendo la entrada a cualquier persona en ellas, lo que apuntaba a una señal de preparativos militares en estas zonas.
El ejército israelí ordenó también evacuar a los habitantes de tres barrios del suburbio sur de Beirut.
Esta incursión se ve precedida por una intensificación de los ataques por parte de Hezbollah a la frontera norte de Israel, después de que el grupo emitiera un comunicado para informar que el blanco de sus ataques eran tropas israelíes desplegadas en la frontera.
Recrudecimiento del conflicto
La incursión terrestre en Líbano se da a conocer después de que Israel matara al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un bombardeo en el sur de Beirut. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, había afirmado; sin embargo, que su muerte es «un paso importante» pero no es el «final».
«Para garantizar el regreso de las comunidades del norte de Israel, utilizaremos todas nuestras capacidades», declaró Gallant durante una visita a soldados desplegados en la frontera entre Israel y Líbano.
Por su parte, el primer ministro de Líbano, Najib Mikati, pidió un alto el fuego inmediato.
Los ataques aéreos israelíes de los últimos días se registraron dentro de los límites de la ciudad de Beirut por primera vez desde el 7 de octubre del año pasado, lo que indica la gravedad de la escalada militar.
En las últimas dos semanas, más de mil personas murieron y alrededor de un millón tuvieron que huir de sus casas ante la campaña de bombardeos de Israel dirigida principalmente contra el sur y el este de Líbano, pero también contra el extrarradio sur de Beirut.
Por su parte, la Agencia de Seguridad de Israel (ISA) aseguró que ha frustrado varios intentos de asesinato coordinados por Irán en territorio israelí.
«Estamos listos», dice nuevo líder de Hezbollah
Naim Qassem, quien asumió el liderazgo de Hezbollah tras la muerte de Nasrallah, había dicho que el movimiento apoyado por Irán seguirá luchando contra Israel y que está listo para enfrentar cualquier ofensiva terrestre.
«Elegiremos un nuevo secretario general para el partido lo antes posible», puntualizó Qassem en un discurso en el que no precisó cuándo se realizará la selección ni cuándo se celebrará el funeral de Nasrallah.
Dijo que el histórico líder fue asesinado mientras se reunía con otras cuatro personas: el general iraní Abbas Nilforoushan, el máximo comandante de Hezbollah en el sur de Líbano, Ali Karake, y otros dos miembros del grupo.
Asimismo, negó las afirmaciones militares israelíes de que murió junto con más de 20 compañeros.