Republicanos logran control de Cámara de Representantes, según proyectan medios de EE.UU. Con ello, Trump podrá implementar su agenda de deportaciones, recortes de impuestos y más. Mientras, presidente electo continúa con anuncios de puestos clave.
Los republicanos aseguraron su monopolio de poder en el nuevo Washington de Donald Trump, manteniendo su mayoría en la Cámara de Representantes, según proyectó CNN y NBC, después de ganar bancas en California y Arizona y marcar el comienzo de una nueva era dramática de Gobierno populista de derecha.
Con una mayoría de 218 escaños, los republicanos tienen ahora control de la Cámara Baja, así como del Senado y la presidencia, con la victoria de Donald Trump, lo que les da control casi absoluto del poder político en Washington D.C.
Aún quedan por definir nueve contiendas, la mayoría de ellas en California en distritos de mayoría latina, en el Valle Central, así como en Arizona, Oregon y Washington, todos estados del oeste del país que suelen tardar más en contabilizar los votos.
Los republicanos ya controlaban antes la Cámara Baja por una estrecha mayoría (220 a 213) y en las elecciones del 5 de noviembre han logrado defender casi todos sus escaños, además de voltear algunos otros, sumando un escaño como ganancia neta al miércoles por la tarde, y a la espera de los que aún están por definirse.
En los dos escaños que se definieron para otorgar el control a los republicanos, el republicano Ken Calvert se reeligió en el distrito 41 de California, mientras que su colega Juan Ciscomani también obtuvo la reelección por el distrito 6 de Arizona.
Varios de los escaños clave que decidían qué bando controlaba el legislativo se encontraban en zonas de grandes poblaciones latinas, como California y Nueva York, aunque no fueran estados considerados péndulo, pues votan confiablemente por los demócratas desde hace décadas. Los demócratas invirtieron millones de dólares para tratar de arrebatarles el poder allí.
En esta elección, los distritos 5, 13, 22, 27, 41, 45, 47 en California, y en Nueva York los distritos 4 y 22 eran los más disputados. Tanto la demócrata Laura Gillen en el 4 como John Mannion en el 22 le arrebataron sus asientos a los republicanos.
De seis escaños que habían volteado los republicanos, tres están en Carolina del Norte: Brad Knott, Tim Moore y Addison McDowell en los distritos 13, 14 y 6. Además, Robert Bresnahan ganó en el distrito 8 de Pennsylvania y Tom Barrett en el distrito 7 de Michigan. En este estado ganó Donald Trump.
Por su parte, los demócratas habían desbancado a dos representantes republicanos: Shomari Figures ganó en el distrito 2 de Alabama y John Mannion ganó en el distrito 22 de Nueva York.
Partido Republicano tiene poder mayoritario pero no absoluto
Trump ahora cuenta con el poder suficiente para implementar su agenda de deportaciones masivas, recortes de impuestos y gasto federal, y el desmantelamiento de regulaciones destinadas a combatir el cambio climático, entre otras promesas hechas durante la campaña.
Los anterior no quiere decir que Trump no vaya a enfrentar obstáculos en la implementación de su ambiciosa agenda, incluyendo los causados por la facción más extremista de los republicanos de la Cámara de Representantes, que no ha dudado en el pasado en paralizar la actividad legislativa para hacer cumplir con sus demandas y que cuenta con un desproporcionada cuota de poder debida a la escasa mayoría republicana.
Aún desde antes del 5 de noviembre, los republicanos de la Cámara de Representantes han estado trabajando con sus correligionarios en el Senado en la redacción de proyectos de ley para ser enviados a Trump en los primeros 100 días de su gobierno.
De acuerdo con varios reportes, esos proyectos incluyen la extensión de los recortes de impuestos promulgados en el primer gobierno de Trump, el financiamiento del muro fronterizo y la derogación de las iniciativas de la ley de reducción de la inflación del gobierno del presidente Joe Biden destinadas a combatir el cambio climático.
A pesar de contar con mayorías en ambas Cámaras del Congreso y con una mayoría conservadora en la Corte Suprema, hay partes de la agenda de Trump que podrían enfrentar el escrutinio constitucional. Entre ellas la derogación del derecho de ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, que ya sea llevada a cabo a través de una ley o de un decreto, es probable que su nulidad por inconstitucionalidad sea solicitada ante la jurisdicción federal.
El mayor obstáculo legislativo para la agenda de Trump podría ser la maniobra de obstrucción legislativa conocida como el filibuster, que obliga a conseguir una mayoría de 60 para permitir que el voto de un proyecto de ley siga adelante, lo cual hace que con una mayoría de solo 53 senadores los republicanos necesiten de la participación de los demócratas para aprobar proyectos de ley.
Trump sin embargo, ha dado muestras de que tratará de saltar en lo que le sea posible los controles que la ley le da a los senadores, como cuando hace unos días exigió que el próximo líder republicano del Senado le permita hacer nombramientos durante el receso de ese cuerpo legislativo, permitiéndole instalar en puestos clave en su gobierno a personas que no han sido examinadas ni aprobadas por la Cámara Alta, como lo manda la Constitución.
Continúan designaciones
El presidente electo, Donald Trump, confirmó la elección del senador Marco Rubio para el Departamento de Estado en un comunicado de prensa.
“Es un gran honor para mí anunciar que el senador Marco Rubio, de Florida, ha sido elegido para ser Secretario de Estado de los Estados Unidos. Marco es un líder muy respetado y una voz muy poderosa en pro de la libertad. Será un firme defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios. ¡Espero trabajar con Marco para hacer que Estados Unidos y el mundo sean seguros y grandiosos nuevamente!”, precisó Trump.
Tras las noticias, Rubio dijo en su cuenta de X que su nuevo cargo era “una enorme responsabilidad” y dijo sentirse “honrado” por la confianza que Trump ha puesto en él. “Como secretario de Estado trabajaré todos los días para llevar adelante su agenda de política exterior (…) lograremos la paz mediante la fuerza y siempre pondremos los intereses de los estadounidenses por encima de todo lo demás”. Rubio también dijo que espera ganarse el apoyo de sus colegas en el Senado “para que el presidente tenga a su equipo de seguridad nacional y política exterior listo cuando asuma el cargo el 20 de enero”.
El nombramiento convertirá al político de ascendencia cubana en el primer latino en ocupar el cargo diplomático más importante de Estados Unidos.
Asimismo, Trump, anunció que nominará a Tulsi Gabbard, una exdemócrata de la Cámara de Representantes que se convirtió en una partidaria de alto perfil de Trump, para ser directora de inteligencia nacional en su Administración entrante.
“Durante más de dos décadas, Tulsi ha luchado por nuestro país y las libertades de todos los estadounidenses”, dijo Trump en un comunicado. “Sé que Tulsi traerá el espíritu intrépido que ha definido su ilustre carrera a nuestra comunidad de inteligencia, defendiendo nuestros derechos constitucionales y asegurando la paz a través de la fuerza. ¡Tulsi nos hará sentir orgullosos a todos!».
En su propia declaración del miércoles, Gabbard indicó que estaba agradecida por la oportunidad de “defender la seguridad y la libertad del pueblo estadounidense” como miembro del Gabinete de Trump. “Estoy deseando ponerme a trabajar”, añadió.
También, el electo presidente ha nominado al congresista Matt Gaetz, del ala dura del partido, como próximo fiscal general del país. “Es un gran honor para mí anunciar que el congresista Matt Gaetz, de Florida, queda nominado para ser el fiscal general de Estados Unidos. Matt es un abogado tenaz y profundamente talentoso”, declaró Trump en un comunicado.
El próximo mandatario declaró que “pocas cuestiones en Estados Unidos son más importantes que poner fin a la instrumentalización” del sistema judicial que, según él, ha llevado a cabo la Administración de Joe Biden.
El círculo íntimo del magnate ha descrito al fiscal general como el miembro más significativo del Gobierno después del propio Trump, clave para sus planes de llevar a cabo deportaciones masivas, indultar a quienes participaron del asalto al Capitolio y buscar represalias contra quienes le persiguieron durante los últimos cuatro años.