Trump y su lucha contra los medios: demandas y listas negras
Durante sus primeros días en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desplegado una serie de tácticas para controlar la cobertura mediática que recibe. Entre estas medidas se encuentran la utilización de listas negras, la interposición de demandas, investigaciones gubernamentales y el apoyo de multimillonarios dueños de medios de comunicación y plataformas sociales. Estas acciones han generado preocupación entre defensores de la libertad de prensa, que advierten sobre los riesgos de estas estrategias para el ejercicio del derecho a la información.
Listas negras y la guerra contra los medios críticos
Una de las tácticas más polémicas de Trump ha sido la creación de listas negras de periodistas y medios que considera contrarios a su gobierno. Estas listas, que incluyen a algunos de los periodistas más críticos de su administración, buscan bloquear el acceso de estos profesionales a la Casa Blanca, lo que limita su capacidad para hacer preguntas en ruedas de prensa y obtener información clave sobre la administración.
Craig Aaron, codirector ejecutivo de Free Press, una organización sin fines de lucro que promueve la libertad de prensa, comentó a EFE: «No puedo pensar en otro momento en la memoria reciente en el que hayamos visto este tipo de ataque a la libertad de expresión y prensa». Según Aaron, la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que protege la libertad de expresión, está siendo utilizada por el gobierno de Trump como un «arma» para silenciar las voces que no le agradan.
Demandas y la influencia sobre los medios
Además de las listas negras, Trump ha recurrido a las demandas para frenar lo que considera cobertura negativa. A lo largo de su mandato, ha interpuesto diversas demandas contra medios de comunicación y plataformas sociales, logrando acuerdos que a menudo resultan en pagos millonarios a su favor. Por ejemplo, ABC pagó 15 millones de dólares como parte de un acuerdo por una demanda de difamación que Trump presentó contra la cadena, mientras que Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, acordó pagarle 25 millones de dólares tras una demanda relacionada con la suspensión de sus cuentas tras el asalto al Capitolio en 2021.
Ahora, todos los ojos están puestos en Paramount Global, el propietario de CBS News, después de que Trump presentara una demanda por 10.000 millones de dólares por lo que considera una «edición selectiva» de una entrevista con la candidata demócrata Kamala Harris durante la campaña electoral de 2024. La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), que fue designada por Trump, está investigando el incidente, lo que ha generado preocupación sobre el uso del poder gubernamental para influir en los medios.
La intervención de los multimillonarios en los medios de comunicación
Además de las tácticas legales, Trump ha contado con el apoyo de algunos multimillonarios, como Elon Musk y Jeff Bezos, quienes han influido en los medios de comunicación de maneras que favorecen la agenda del presidente. Musk, quien adquirió Twitter (ahora X), ha sido criticado por desmantelar las políticas que garantizaban la imparcialidad y la confianza en la plataforma, lo que ha permitido la censura de periodistas críticos de su gestión.
Por otro lado, Bezos, propietario de The Washington Post, también ha sido señalado por su intervención en el contenido editorial del periódico, al imponer artículos de opinión favorables a las libertades personales y al libre mercado. Esto ha dejado en una posición incómoda a otros medios que no comparten esa visión, creando un ambiente mediático polarizado y a veces controlado por intereses poderosos.
Investigaciones y control sobre los medios en la Casa Blanca
Otra medida controvertida implementada por la administración Trump ha sido la creciente influencia sobre la cobertura mediática en la Casa Blanca. En lugar de permitir que la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA) decida qué periodistas pueden hacer preguntas al presidente, la Casa Blanca ha asumido ese rol. Esta modificación permite que el gobierno seleccione a los periodistas que consideran favorables a su agenda, lo que limita la diversidad de las voces presentes en las ruedas de prensa.
Jacqui Heinrich, periodista de Fox News, comentó en X: «Esta medida no devuelve el poder a la gente, se lo da a la Casa Blanca». Este cambio marca un giro significativo en la relación entre la administración de Trump y los medios, dado que tradicionalmente la WHCA ha tenido el control de la asignación de espacios para los periodistas en la Casa Blanca.
El impacto en la libertad de prensa y la democracia
La estrategia de Trump para controlar la cobertura mediática ha encendido alarmas sobre el futuro de la libertad de prensa en Estados Unidos. Las tácticas que incluyen demandas, listas negras, control sobre el acceso de periodistas y la influencia de multimillonarios en los medios son vistas por muchos como un ataque directo a la independencia de los medios de comunicación.
El uso de estas tácticas también genera preguntas sobre el impacto que tendrá sobre la democracia estadounidense. La libre circulación de información y la capacidad de los periodistas para cuestionar y desafiar al poder son principios fundamentales de cualquier sociedad democrática. Si los medios se ven presionados o limitados por intereses políticos o financieros, la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones informadas se ve seriamente comprometida.
Las organizaciones de defensa de la libertad de prensa, como Reporteros sin Fronteras, han denunciado la creciente tendencia de censura y manipulación de los medios por parte de Trump y sus aliados. Estas acciones no solo afectan a los periodistas y medios directamente involucrados, sino que también tienen un efecto en el público en general, que podría ver limitada su exposición a una variedad de perspectivas y análisis críticos.