El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escenificó este martes su apoyo a su aliado Elon Musk subiéndose a un Tesla Model S rojo en el Jardín Sur de la Casa Blanca. Este gesto llega en medio de una fuerte caída de las acciones de Tesla y una creciente polémica en torno a Musk, quien dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) desde enero.
Donald Trump apoya a Elon Musk y Tesla en medio de la crisis
Ante la prensa, Trump elogió a Musk, asegurando que el empresario ha sido tratado “muy injustamente por un grupo muy reducido de personas” y que no se le debe penalizar por su patriotismo. “Solo quiero que la gente sepa que no se puede castigar a un gran estadounidense por defender a su país”, declaró el mandatario.
El apoyo de Trump se da en un contexto complicado para Tesla. Desde diciembre, la compañía ha perdido más del 50 % de su valor en bolsa, reduciendo la fortuna de Musk en aproximadamente 70.000 millones de dólares, aunque sigue siendo el hombre más rico del mundo, según el Bloomberg Billionaires Index.
El evento en la Casa Blanca incluyó la exhibición de cinco modelos de Tesla, en donde Trump inspeccionó los vehículos junto a Musk, quien asistió con su hijo pequeño, X. En un gesto de respaldo, Trump anunció en su red social Truth Social que comprará un automóvil Tesla, a pesar de haber manifestado previamente su escepticismo hacia los vehículos eléctricos.

Tesla se ha posicionado como el líder global en la industria de vehículos eléctricos, con modelos que han revolucionado el mercado gracias a su tecnología avanzada y autonomía mejorada. Sin embargo, en los últimos meses, la compañía ha enfrentado críticas por la calidad de sus productos, problemas en la entrega de pedidos y la percepción de que sus decisiones corporativas están demasiado ligadas a la política. A pesar de esto, la empresa sigue innovando y mantiene una base sólida de clientes fieles, aunque enfrenta desafíos en la competencia con otros fabricantes de autos eléctricos.
Elon Musk enfrenta protestas y boicot contra Tesla
Las polémicas reformas impulsadas por Musk desde el DOGE han generado descontento entre clientes y ciudadanos. Entre sus medidas más controvertidas están despidos masivos, el cierre de entidades federales y la suspensión de desembolsos millonarios en asistencia social. Estas decisiones han llevado a protestas en varias ciudades, con manifestaciones masivas en Portland y Nueva York. En esta última, las protestas resultaron en la detención de nueve personas por disturbios a principios de marzo.
Usuarios de Tesla han manifestado su descontento en redes sociales, algunos vendiendo sus vehículos o agregando stickers con frases como “Lo compré antes de que Elon se volviera loco”. En diversas ciudades, vehículos Tesla han sido objeto de vandalismo, reflejando la creciente controversia en torno a la compañía y su CEO.
A pesar del boicot, Musk reafirmó su compromiso con la empresa. “Sí, soy el director ejecutivo de Tesla y sí, seguiré siéndolo mientras trabaje con Trump”, declaró. Además, aseguró que se mantendrá al frente de la compañía “mientras sea útil”.
Trump acusa a la izquierda de boicotear Tesla
El presidente Trump utilizó su red Truth Social para criticar a los opositores de Musk y Tesla, acusando a los “lunáticos de la izquierda radical” de intentar “ilegalmente y coordinadamente” boicotear la empresa. El mandatario insistió en que Tesla es “uno de los grandes fabricantes de vehículos y el ‘bebé’ de Elon”.
En respuesta a la crisis, Musk anunció en la Casa Blanca que, gracias a las “grandes políticas” del Gobierno, Tesla planea duplicar su producción de vehículos en Estados Unidos en los próximos dos años. Esta medida busca mitigar el impacto de la crisis y recuperar la confianza de los inversores.
El respaldo de Trump a Musk refuerza la estrecha relación entre ambos, consolidando a Tesla como un actor clave en la política y economía del país. Mientras tanto, la controversia sigue creciendo, con un sector de la población mostrando su respaldo a Musk y otro organizando boicots contra la compañía.