La directora de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, anunció este lunes que, por orden del presidente Donald Trump, se revocaron los permisos de seguridad a varios miembros destacados de la administración de Joe Biden (2021-2025). Esta medida, que también incluye la retirada de los informes diarios de inteligencia, ha generado gran repercusión tanto en el ámbito político como en el de seguridad nacional.
Revocación de permisos de seguridad y retiro de informes diarios
Según Gabbard, la orden ejecutiva afecta a figuras clave dentro del gobierno de Biden, incluidos el exsecretario de Estado Antony Blinken, el exasesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, y la entonces número dos del Departamento de Justicia, Lisa Monaco. Además, la medida incluye a los abogados Mark Zaid, Norman Eisen y Andrew Weissmann, así como a la fiscal general de Nueva York, Letitia James, y al fiscal de distrito de Nueva York, Alvin Bragg.
Uno de los aspectos más polémicos de la decisión es que también incluye a los 51 agentes de inteligencia que, en octubre de 2020, firmaron una carta que alegaba que la controversia sobre el ordenador portátil de Hunter Biden, hijo del presidente, tenía las características de una operación de desinformación rusa.
La suspensión de los permisos de seguridad y la retirada de los informes de inteligencia diarios es una acción directa de Trump contra lo que considera una «desinformación» y una «manipulación política» dentro de las filas de la administración de Biden. La medida ha generado una gran controversia y ha puesto a Trump en una posición aún más desafiante frente a su relación con la inteligencia estadounidense.
Fotografía de archivo del expresidente de EE.UU. Joe Biden. EFE/EPA/ Mandel Ngan
La carta de desinformación sobre Hunter Biden
La carta en cuestión, firmada por los agentes de inteligencia, fue un punto de quiebre en la campaña presidencial de 2020. Los funcionarios firmantes cuestionaron la veracidad de los correos electrónicos que el diario The New York Post había publicado, los cuales presuntamente provenían de un portátil que Hunter Biden dejó en una tienda de reparación en Wilmington, Delaware. Según esta información, el contenido de esos correos electrónicos sugería que Hunter Biden había involucrado a su padre, Joe Biden, en un presunto esquema de influencia con la empresa ucraniana Burisma Holdings, donde su hijo trabajaba como asesor.
La decisión de Trump de revocar los permisos de seguridad y los informes de inteligencia está vinculada directamente con la postura que ha mantenido sobre esta controversia. El expresidente ha sostenido que la carta firmada por los agentes de inteligencia fue una forma de «desinformación», diseñada para proteger a la familia Biden y desacreditar cualquier acusación contra ellos.
Fotografía de archivo de Hunter Biden, hijo del expresidente de EE.UU. Joe Biden. EFE/EPA/ Caroline Brehman
El contexto detrás de la intervención de Trump
La orden de Trump no es la primera vez que el expresidente ha mostrado su rechazo a las figuras involucradas en la controversia del caso Hunter Biden. En enero, al asumir nuevamente la presidencia por segunda vez, Trump había adelantado su intención de suspender las autorizaciones de seguridad de aquellos funcionarios que, según él, contribuyeron a una narrativa falsa respecto a la implicación de su hijo Hunter en negocios internacionales.
Trump y su entorno han sostenido desde el principio que Joe Biden, cuando aún era vicepresidente de EE.UU. (2009-2017), utilizó su influencia para hacer que el fiscal general de Ucrania, Víktor Shokin, fuera destituido. Según la versión de Trump, Biden presionó al presidente ucraniano Petro Poroshenko para que despidiera a Shokin, quien estaba investigando a Burisma Holdings, una empresa de gas natural ucraniana. En este contexto, el entorno de Trump asegura que Biden actuó para proteger los intereses de su hijo, quien trabajaba para la firma.
La respuesta de la administración Biden
Ante esta situación, la administración Biden ha manifestado su preocupación por las acciones de Trump y la posible politización de las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Funcionarios cercanos al presidente Biden han señalado que estas decisiones podrían dañar la confianza en la inteligencia estadounidense, especialmente en un momento crítico para la seguridad nacional. Sin embargo, hasta ahora no se han emitido declaraciones oficiales de Biden sobre la revocación de permisos de seguridad.
Esta medida ha aumentado las tensiones entre los dos bandos políticos, con los aliados de Biden defendiendo la legitimidad de la administración actual y acusando a Trump de utilizar el poder del gobierno para fines políticos. Además, el entorno de Biden subraya que la controversia sobre Hunter Biden ha sido utilizada repetidamente por Trump y sus seguidores para atacar a la familia presidencial sin fundamento claro.
La polémica sobre la desinformación rusa
La revocación de los permisos de seguridad también se encuentra en el contexto de una disputa más amplia sobre la desinformación rusa, especialmente en relación con la interferencia en las elecciones presidenciales de 2020. La carta firmada por los 51 agentes de inteligencia que cuestionaron la autenticidad del contenido del ordenador portátil de Hunter Biden se produjo en un momento en que la política estadounidense estaba sumida en debates sobre la interferencia extranjera en los asuntos internos del país. Esta carta fue vista como un intento de proteger la narrativa oficial sobre la interferencia rusa, pero para Trump, representó una clara muestra de la politización de las agencias de inteligencia.
La figura de Hunter Biden se ha convertido en un tema recurrente en las campañas de Trump y sus seguidores, quienes insisten en que las acciones del hijo del presidente no han sido debidamente investigadas. La controversia sigue siendo un punto álgido en las tensiones políticas entre los dos principales partidos de Estados Unidos.